El 25 % de la población padece celiaquía pero no está diagnosticada

Cándida Andaluz Corujo
c. andaluz OURENSE

OURENSE

MIGUEL VILLAR

El especialista Miguel Montoro afirmó en unas jornadas celebradas en Ourense que hay gente que tarda diez años en saber que tiene un problema con el gluten

01 jun 2019 . Actualizado a las 20:50 h.

La Xornada de Procesos Asistenciais Compartidos en Enfermidades Dixestivas que se celebró en Ourense acercó a la capital a uno de los más representativos especialistas en la enfermedad celíaca. El doctor Miguel Montoro, de la unidad de Gastroenterología y Hepatología del hospital San Jorge de Huesca y coautor del protocolo del Ministerio de Sanidad sobre estos casos acudió a la cita organizada por profesionales del CHUO. «Es una enfermedad infradiagnosticada, es el gran problema. Un 1 % de la población está afectada por la enfermedad pero tres cuartas partes no lo saben. El nuevo protocolo de diagnóstico precoz que hicimos para el Ministerio de Sanidad está lleno de suposiciones, sospechas clínicas que indican lo que hay que hacer. Voy a explicar qué es la sospecha clínica», señaló Montoro. El especialista indicó que aunque se trata de una enfermedad antigua, ha aumentado su incidencia con los años a medida que se ha incrementado la producción de trigo a novel mundial, aunque hay otros factores desconocidos. Señaló que existe dos patrones. El clásico está relacionado con los niños: «Es sencillo de sospechar, el que ven sobre todo los pediatras. Un niño que no crece, que tiene anemia, fundamentalmente diarrea, pierde peso, le cambia el carácter... Ellos están muy acostumbrados a este perfil porque es el patrón clásico, en el que todo surge de una mala absorción de los nutrientes», explica.

En el caso de las personas mayores es más complicado: «En un adulto este patrón es excepcional, predomina el que se denomina como no clásico. Este patrón se solapa con otros síntomas como, por ejemplo, los del colon irritable. Hay que hacer un interrogatorio muy minucioso al paciente. Si interrogas bien, vas sacando datos que son clave. Muchas veces no se sabe cuál es la causa. El gran problema es que esas manifestaciones extradigestivas no se acompañan de síntomas digestivos, por eso es tan difícil de diagnosticar». Y explica que detrás de casos como retraso del crecimiento, problemas de infertilidad, fracturas recurrentes o ataxia puede estar la celiaquía.

Por eso, señaló, hay estudios que indican que la media de tiempo que se tarda en diagnosticar a un paciente celíaco es de hasta diez años, con multitud de consultas, de pruebas complementarias o cambios de médico. «El ministerio fue consciente de este problema y reunió a un grupo de expertos que pusieron todos los datos sobre la mesa. El Reino Unido también ha trabajado mucho en este tema. Tienen una tabla de recomendaciones que dice ‘ante esta situación, no deje de investigarlo’. Si defines esas recomendaciones y las tienes muy presentes en las consultas es difícil que se te escape una persona con celiaquía», explicó.

Miguel Montoro indicó que uno de los problemas principales es la falta de tiempo de los médicos de Atención Primaria: «Tienen ocho minutos y así es muy difícil. Necesitan tiempo y hay que buscar sistemas para mejorar este aspecto. Creo, por ejemplo, que los pacientes deberían contestar, incluso antes de entrar en la consulta, un cuestionario con preguntas sencillas sobre su salud que ahorrarían tiempo».

No existe un perfil tipo celíaco. «Este es uno de los grande enigmas de la enfermedad. Puede aparecer en edad infantil o a partir de los 65 años. La enfermedad muchas veces permanece silente hasta que aparece un factor ambiental que desconocemos, esa es la realidad, que desencadena todo. Hay muchas teorías, algunas hablan de cambios ambientales. Es una incógnita el mecanismo que en un momento determinado activa la enfermedad», afirmó.