Y cuando los pequeños pacientes no pueden salir de la habitación es ella la que les reserva un poco de su tiempo para visitarlos y proponerles actividades. Esto es más fácil cuando cuenta con la ayuda de estudiantes en prácticas -por temporadas-. Estos meses es Irene Santos la que la ayuda en el aula. «Estamos trabajando en una especie de maleta con contenidos educativos innovadores que queremos darle a los niños que están aislados en las habitaciones. Para que tengan una serie de actividades que puedan hacer cuando los profesores de los hospitales no estamos delante. Y para que puedan también expresar su emociones», explica sobre el proyecto financiado por la Secretaría de Política Lingüística.
«Yo no cambio esto por nada. Cuando ves que los ayudas a mejorar el ánimo o a distraerse es muy bonito. A veces cuando llego por la mañana ya están esperándome en fila», finaliza la profesora.