La Cámara de Comercio, con la mínima actividad hasta que se aclare si tendrá o no continuidad

Marta Vázquez Fernández
marta vázquez OURENSE / LA VOZ

OURENSE

MIGUEL VILLAR

Tres trabajadores, que llevan meses sin cobrar, siguen en la sede

09 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Once meses después de que la última directiva presentase su dimisión, la Cámara de Comercio de Ourense sigue abierta, pero con la actividad más baja de toda su historia. A la espera de que la Xunta -que asumió la tutela de la entidad tras el cese en bloque del comité ejecutivo- despeje las dudas que existen sobre su continuidad, tres trabajadores se encargan de abrir la sede cameral todas las mañanas y de atender a las empresas que reclaman de sus servicios, sobre todo en lo relativo a la exportación.

Así, las cámaras son las únicas entidades que pueden expedir documentos necesarios para la internacionalización de las empresas de la provincia, como los certificados de origen. Esa es, fundamentalmente, la actividad que hoy en día desarrollan en la sede ourensana los tres empleados que no optaron por marcharse y reclamar por vía judicial los salarios que se les adeudaban, acción que si ejercieron el resto de sus compañeros. Eso sí, ninguno de los tres que continúan acudiendo a diario a su trabajo percibe salario alguno desde hace dieciséis meses.

Y mientras, se encuentra abierta en el Juzgado de lo Social la subasta de una de las dos sedes que la entidad tiene en el centro de la capital ourensana. La oficina situada en la calle Xaquín Lorenzo Fernández, y que está comunicada con la que tiene su acceso por la avenida de la Habana, busca un nuevo dueño en un intento de la administración judicial de lograr el dinero necesario para pagar las cantidades que se les adeudan a los empleados que decidieron reclamar por vía judicial el dinero de sus nóminas, solicitando además en muchos casos las extinciones de sus contratos. También está embargada la otra oficina, en la que se sigue atendiendo al público a día de hoy, así como el vivero de empresas que la entidad cameral mantiene en la Tecnópole, y sobre el que dispone de un derecho de superficie. Por ahora, eso sí, no se ha fijado fecha para esas otras subastas, si bien es más que probable que para cubrir la deuda total -que según fuentes conocedoras del caso podría acercarse al medio millón de euros- no haya más remedio que despojar a la entidad cameral de todas sus propiedades. Además, hay otros acreedores que también han acudido a la vía judicial, en este caso a la jurisdicción civil, para reclamar lo que se les debe.

 Posibles ofertas

Habrá que esperar al próximo 22 de octubre, para ver si alguien se interesa por esa oficina -que en los buenos tiempos camerales se destinó a la realización de cursos de formación y a despachos del personal- y a cuánto asciende la oferta económica que, en su caso, se presente.

«La Cámara de Comercio podría seguir manteniendo su actividad, en otra sede y con dos o tres personas, pero es una entidad necesaria para la provincia y para las empresas», asegura el último presidente de la entidad, Juan Carlos Parada, que recuerda que la ley establece que debe haber una cámara por cada provincia. De cerrarse la de Ourense los empresarios tendrían que ir a las de las otras provincias para realizar sus gestiones.

Los problemas para la Cámara de Comercio llegaron en el 2010, cuando se aprobó una ley por la que los pagos a estas entidades por parte de las empresas dejaron de ser obligatorios. Todas sintieron el golpe pero no todas han evolucionado de la misma manera desde entonces. La de Ferrol fue disuelta debido a las enormes deudas que mantenía y en Lugo también se ha embargado la sede, para poder afrontar las deudas que se adquirieron con la plantilla, que superan el millón de euros. A la espera de que se venda el edificio principal, ya han salido a subasta los muebles de los despachos, incluido el de la presidencia, si bien hasta el momento no se ha logrado el dinero necesario. Mientras, la Consellería de Economía, no aclara qué pasará a corto o medio plazo con la institución ourensana.