Elisa tiene un tesoro

OURENSE

05 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El otro día conocí a Elisa Seijo. Esta mujer jubilada tuvo una pescadería en Ourense durante muchos años. En su ratos libres se interesó por el trabajo en barro y, poco a poco, tenía armado el belén. Literalmente. Son muchas las personas que echan el resto en temas de imaginación, pero en el caso de Elisa estaba ante una verdadera artista. Su trabajo es de esos que merecen una visita pausada. Incluso se agradece una charla con la autora para conocer al detalle cada una de sus piezas. Mientras me lo relataba, pensaba yo: ¿Qué pasaría si Elisa tuviera 20 años? Y me vino a la cabeza lo injusta que es la vida con las personas mayores. La sociedad ya nos les deja comerse el mundo, aunque sus cualidades físicas se lo permitan. Y seguramente el belén de Elisa pasará casi desapercibido esta Navidad. Como pasó las anteriores. También pensaba en esos pensionistas que superan a los trabajadores en la provincia. Noticia triste si se piensa en el futuro de Ourense. Pero parece que la culpa la tengan ellos: los abuelos. Esos que esta Navidad echan el resto para que sus hijos puedan compaginar vida laboral y familiar. Esos que ayudan a sus familias con sus pensiones para que lleguen a fin de mes. La sociedad, todos, debería repensar eso de la tercera edad y los calificativos de viejo, anciano, septuagenario, octogenario... Esos que parecen que añaden a las personas una cualidad que los convierte en algo de menor importancia, usado, de segunda mano. A los Reyes Magos, que edad no les falta, les pediría que haber cumplido años no suponga un añadido sino un privilegio.