El fruto de la dependencia y el amiguismo

Miguel Ascón Belver
Miguel Ascón A LA CAÍDA

OURENSE

12 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La minería, como la metalurgia, es un sector en el que la lucha sindical tiene un gran impacto. En las canteras de pizarra de Valdeorras no tanto. Durante años, la patronal siempre ha tenido un sindicato de mano para avalar su proceder. El caso de una cantera que no pagaba a sus trabajadores es paradigmático. Eran tiempos en los que la famosa crisis aún no había estallado. Todo parecía ir bien y a pocos se les ocurría ponerle algún pero al sector, ya fuera por su impacto en el medio ambiente o en la salud de los trabajadores, con una alta incidencia de silicosis. Pero, en fin, los empleados de aquella pizarrera, preocupados por los impagos, celebraron asambleas para debatir qué hacer. Algunos pedían manifestaciones o concentraciones frente a la casa del empresario. Sin embargo, si les debían cuatro meses y unos días antes les pagaban uno, la mayoría acababa fiándose del «patrón». Cuando quisieron darse cuenta y empezaron a movilizarse, ya no había nada que hacer. Seguramente, la empresa habría cerrado de todos modos, pero esta historia, real, ejemplifica bien cómo funciona esta provincia en las relaciones entre los señores que mandan y todos los demás. Un concejal novato, que duró poco, cuenta que muchos vecinos estaban acostumbrados a llegar al Concello y pedir lo que les correspondía con la voz y la cabeza bajas. En lugar de exigir algo a lo que tenían derecho, lo rogaban como si se tratase de una prebenda.

Ese sistema, que se ha extendido a casi todo, ha promovido la dependencia y el amiguismo. Hay héroes que logran salir adelante pese a todo y sin pagar esos peajes, pero muchos acaban yéndose. Que un 63 % de los estudiantes ourensanos haya pensado en emigrar es preocupante porque muchos acabarán haciéndolo y sin ellos no hay un futuro digno para Ourense