Acabo de leer con tristeza que el maestro Manuel Marlasca se ha ido para siempre. Fue mi profesor de radio en el Master de Periodismo del curso 1997/98 que organizaba este periódico. Me dio la oportunidad de acompañarlo a la redacción de Madrid de Radio Voz junto con mi compañero Ramón Mella, que ahora presta servicios en una empresa radiofónica en Pontevedra. Al llegar de las provincias ourensanas, Marlasca, sin compasión alguna, me soltó en la jungla madrileña del año 1998 para el caso Segundo Marey en el Tribunal Supremo, informar de la detención de Mario Conde y cubrir juicios a comandos de ETA en la Audiencia Nacional. El mayor estrés fue la cobertura del accidente ferroviario en Alemania de un tren de alta velocidad en el que fallecieron 100 personas. Estar al pie de la noticia más de 36 horas seguidas sin dormir, por ser el único redactor de habla alemana, valió para que el gran Iñaki Gabilondo se cabrease con su redacción y su corresponsal en Berlín por la floja cobertura informativa de la SER de la tragedia. Trabajar en Radio Voz con Marlasca y con María Antonia Iglesias son oportunidades de la vida que hay que aprovechar. Ver luego crecer a profesionales como Nacho Abad, David del Cura o Juan Antonio Domingo «Nono» es siempre ver el sello de la escuela Marlasca. Gracias y hasta siempre Manolo.