Gitanos y payos

Marcos Hofkamp FIRMA INVITADA

OURENSE

19 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Tristeza. Es lo que me produce saber de los acontecimientos de este pasado domingo en el hospital, pero aún más tristeza me produce leer noticias, comentarios y opiniones sobre el colectivo del pueblo gitano. Noticias sesgadas, comentarios racistas y opiniones subjetivas y llenas de desconocimiento. Me produce dolor y tristeza en el alma porque me dedico a trabajar en las vidas de niñas y niños que son más que alumnas y alumnos de un colegio de Maside, más que habitantes de un poblado gitano chabolista. Y no soy solo yo. Somos un equipo de profesoras y profesores que creemos que la educación es la llave para que cada persona adquiera más que unas competencias lingüísticas o matemáticas. Creemos que a través de la educación se pueden adquirir valores sociales y cívicos. Sí, también los gitanos y gitanas que cada día atraviesan la puertas de nuestro colegio. Los gitanos no son trapaceros, no son mentirosos, no son mala gente. Son personas. Hay personas que roban, que mienten, que hacen daño.... muchas personas. Por eso me duele leer opiniones de gente que desconoce totalmente la cultura gitana. Si bien es cierto que ellos tienen su ?ley?, es importante conocerla antes de juzgarla. Veo cada día niños y niñas que son inquietos, que a veces les cuesta seguir normas, que son libres, que cantan y bailan, que son pasionales, que son felices. Hijas e hijos que siempre tienen alguien que les cuide, que no son abandonados, que cuidan y respetan a sus mayores. Familias que se unen cuando hay dificultades. Eso también es cultura gitana. Mi deseo y mi esperanza es que, poco a poco, paso a paso, vayamos logrando que se dejen de lado las peleas, los enfrentamientos armados y que en su lugar aparezcan el diálogo, los mediadores, las soluciones pacíficas... Al fin y al cabo, una palabra tiene más poder que una bala.