Pando dimite y pide la renuncia de cinco sindicalistas y cooperativistas

María Cobas Vázquez
MARÍA COBAS O BARCO

OURENSE

Varios bodegueros y los trabajadores del consejo acompañaron a Pando en su renuncia.
Varios bodegueros y los trabajadores del consejo acompañaron a Pando en su renuncia. Lolita Vázquez< / span>

Les acusa de votar en contra del interés general para la D.O. Valdeorras

11 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

«Presento a miña renuncia pola perda de confianza cos que me elixiron presidente» fueron las palabras con las que José Luis García Pando ponía fin a casi nueve años en la presidencia del consejo regulador de la denominación de origen Valdeorras, y cuando todavía le quedaba más de un año de mandato por delante. Esos que le eligieron presidente fueron los vocales de las tres cooperativas y del sindicato Unións Agrarias, que junto al vocal de Xóvenes Agricultores (este había votado por la contrincante de Pando, María Eugenia Medina), echaron abajo la propuesta del presidente de abrir expediente sancionador a los 178 viticultores que excedieron la producción en la pasada vendimia. Pando cargó contra ellos, contra los cinco vocales, acusándolos de pactar «o que lles interesa sen pensar no interese xeral da denominación de orixe». Por eso, les pidió que también ellos presenten su renuncia. No pudo decírselo a la cara porque los vocales de cooperativas, sindicatos e incluso el de las grandes bodegas, no asistieron a la rueda de prensa, a la que fueron convocadas todas las bodegas «para que non houbera intermediarios», dijo el dimisionario.

En defensa de los viticultores

En su comparecencia, Pando acusó a los representantes de las cooperativas y los sindicatos de defender a los que no cumplen el reglamento «aprobado polo pleno», es decir, los mismos que ahora rechazan hacerlo cumplir; y de tratar de beneficiar a los 178 que lo hicieron mal. «Din que é polo ben dos viticultores, pero 178 son os que o fixeron mal», apuntó, frente a los más de 1.450 que suman en total. «E o resto fixérono ben», resaltó (la mitad de ellos, miembros de cooperativas y la otra mitad, no adscritos). Entendía que el mensaje que envía el consejo regulador al proceder de esta manera es «que os viticultores poden facer o que lle dea a gana». Pero hay un problema mayor, que subyace bajo todo esto. No abrir expedientes a los infractores fue una de las decisiones señaladas por la empresa auditora en el proceso para lograr la certificación de la ENAC (un trámite obligatorio). Lograr la certificación era, según dijo, el objetivo más importante para Pando en esta legislatura. En su tramitación se llevan invertidos más de 45.000 euros desde 2010, además de, dijo «moitas horas de traballo» de los empleados del consejo regulador, para los que no tuvo más que palabras de agradecimiento.

Pando presentará hoy su renuncia por escrito en el registro del consejo. El cargo recaerá de manera provisional en la vicepresidenta primera, Isabel García, vocal por la cooperativa de A Rúa. Pando dejará de estar en el pleno, ya que no es vocal. Se cierran así nueve años en los que el todavía presidente no ha podido conseguir uno de sus principales objetivos. En una entrevista en La Voz en 2006, con su llegada al cargo decía que su primer objetivo «será intentar unificar o sector». No fue posible. Ayer reconocía que era evidente la ruptura del sector en dos partes diferenciadas: bodegas y cooperativas. De las primeras dijo que por norma general tenían claro que la calidad era el camino y que entienden que «a certificación é un proceso que no ten volta atrás, aínda que a veces teña cousas dolorosas; e as cooperativas non o teñen tan claro».

Las cooperativas están volcadas en lograr subir los rendimientos por hectárea, algo que, según señaló Pando «leva á baixada da calidade». Explicó que «como norma xeral canto máis produces máis baixa a calidade, e tamén sube o risco de que se cometan irregularidades como a traída de uva non amparada». Tal situación es casi tradición en Valdeorras, donde entra uva de el Bierzo y Chantada.

En números

En su despedida Pando también miró a los números. Dijo que dejaba el consejo con «liquidez suficiente», que cifró en 123.000 euros; una situación muy diferente a la que se encontró cuando llegó al cargo, según recordó; «sen débedas e si con debedores aos que cobrarlles», en referencia, explicó a organismos comarcales y provinciales «que non cumpriron coa denominación».

La vocal por Virxe das Viñas, Isabel García, asumirá el cargo de forma provisional

«Despois de todo o que loitamos por poñernos no mapa, isto tambaléase»

En su adiós José Luis García Pando no estuvo solo. Con él escuchando atentos los cuatro trabajadores del consejo regulador, y también una docena de bodegueros. Estaban todos convocados a la rueda de prensa. Fueron los que aparecieron. Algunos podía ser por la premura de la convocatoria (fechada la noche anterior) y otros, porque no quisieron ir. No estaba ninguno de los vocales del pleno que el día anterior votaron en contra de los expedientes. No estuvieron de presencia, aunque sí en buena parte de la conversación. Y no precisamente para bien. Todos los presentes coincidieron en señalar que el de la calidad es el camino para Valdeorras.

«Hemos subido la categoría de la denominación de origen, que estábamos en solfa, y ahora parece que vamos a dar un paso atrás», apuntaba Roberto Fernández desde A Coroa. Desde Virxe de Galir, David Barros aseguraba que «non sancionar non é máis que alentar o fraude». Consideraba que va «despois de todo o que estamos loitando por poñer no mapa a D.O., isto tambaléase». Varias intervenciones en el mismo sentido remataron con la propuesta de convocar una reunión de bodegas para después pedir ayuda a la Consellería de Medio Rural y evitar «que a denominación desaparece, porque así, desaparecemos». La idea era clara, la certificación es imprescindible (por obligatoria) para seguir siendo denominación, el sello de calidad que les avala a la hora de vender sus productos.

También hubo lugar para las cifras. El sector vitivinícola, en bruto, mueve «entre 20 y 25 millones de euros que se quedan en la comarca, que quedará como un desierto», según apuntó el técnico de la denominación, Santiago Pérez.