La resaca de las fiestas

Cándida Andaluz Corujo
C. ANDALUZ OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Antonio Cortés

Las actuaciones musicales de pago se llevaron el 25 % del presupuesto total pese a descender notablemente el número de espectadores

01 jul 2014 . Actualizado a las 07:25 h.

Las Festas de Ourense más polémicas de los últimos años llegaron a su fin. La edila de Cultura, Ana Garrido, aseguró ayer estar satisfecha con los resultados, destacando la acogida que tuvieron los espectáculos de calle. Sin embargo, los números dejaron entrever algunos desajustes. Es el caso de los conciertos de pago -los incluidos en el Derrame Rock y el de Fangoria y las Nancys Rubias- que fueron seguidos por unas 10.000 personas, a pesar de invertirse en ellos el 25 % de todo el presupuesto de las fiestas. Un total de 108.900 euros. La caída de espectadores ha sido paulatina en los últimos años en un festival que también ha sufrido varios cambios de escenario. El año pasado la cifra de asistentes al Derrame Rock fue de 15.700 y hace dos años se rozaron los 20.000.

Tampoco parecieron contar con el apoyo del público todas las actividades que este año se presentaron por primera vez. El caso más llamativo pudo ser el del desfile de gigantes y cabezudos que vino a sustituir a la Batalla de Flores y que, según los organizadores, fue seguido por unas 5.000 personas. Garrido dejó entrever ayer que la actividad se había realizado con motivo de la capitalidad cultural de Eixo Atlántico, dejando la puerta abierta a la recuperación de la batalla floral, siempre y cuando los vecinos se involucren y la hagan propia. «Sempre que se cambian as cousas non chove a gusto de todos. A Batalla de Flores do ano pasado non era nin de flores. Estamos abertos a que se faga, pero como se debe facer. Estaría encantada de recuperala pero non se pode facer algo prefabricado, ten que ser autóctono e participativo», dijo. Incluso subrayó haber hablado con varias asociaciones de vecinos para involucrarlas en la organización de cara al año que viene. Otra actividad que podría variar el año que viene son los fuegos artificiales. La concejala de Cultura subrayó que hubo una única tirada el sábado pasado debido a la falta de presupuesto, pero subrayó que se estudia la posibilidad de incluir el espectáculo pirotécnico al inicio de los actos festivos en lugar de en la despedida.

En el lado opuesto de aceptación ciudadana se encuentra el mercado medieval por el que, dicen desde el Concello, pasaron unas 40.000 personas durante los tres días de celebración, superando en diez mil los asistentes del pasado año. La otra cita destacada fue la sesión vermú que tuvo como escenario el jardín del centro de interpretación de As Burgas que, indicaron, podría repetirse durante los meses de verano. Los conciertos de la praza Maior tuvieron una media de 3.000 espectadores, cifra similar a la del Burgas Fest. También funcionaron mejor de lo esperado los espectáculos musicales que tuvieron como escenario nuevos espacios como fueron la praza de San Marcial o la do Ferro.

El PP calificó ayer las fiestas como las de «a desvergoña, o derroche e o insulto ás tradicións». Criticaron el cambio en algunas actividades previstas y subrayaron: «O que empezou mal, coa elección política da pregoeira, continuou mal coa falta de actividades e rematou fatal coa aniquilación dunha das tradicións máis arraigadas: a da Batalla de Flores».