Con absoluta normalidad. Esa era la respuesta más repetida por el personal de confianza del alcalde de Ourense, Francisco Rodríguez, al ser cuestionados por cómo había amanecido la institución municipal el día después de que el regidor fuera detenido, en el marco de la Operación Pokémon. Con Rodríguez incomunicado en la Comisaría de Pontevedra, las riendas del Concello de Ourense las tomó la teniente de alcalde, Isabel Pérez, que desde primera hora de la mañana ocupó el despacho de la alcaldía para recibir las visitas programadas para la jornada de ayer.
La líder del BNG en la capital estuvo escurridiza durante todo el día y eludió en todo momento ser el foco de atención. De hecho, la nacionalista Isabel Pérez rehusó realizarse una foto despachando la actualidad municipal como alcaldesa en funciones. También fue moderada en su discurso y evitó hacer ninguna valoración sobre el futuro que se presenta en el Concello de Ourense.
Pese a la pretendida normalidad que se vendía desde fuentes municipales, las caras de los trabajadores más próximos a Francisco Rodríguez delataba que no era un día más.
Según trascendió fueron varios los vecinos de a pie que se acercaron hasta el despacho de Francisco Rodríguez en la consistorial para interesarse por su situación y para transmitirle mensajes de apoyo. «Hoxe demóstrase que era unha persoa moi cercana e que lle cae ben a xente», explicó un empleado del círculo próximo del regidor ourensana.
Agenda oficial
A que no se notase en exceso la ausencia forzada de la primera autoridad de la ciudad ayudó la agenda pública del Concello prevista para ayer, ya que solo incluía la presencia en un acto de entrega de medallas de un campeonato de tiro militar. La representación municipal corrió a cargo de la concejala de Participación Cidadá, María Devesa.