Indignado tecnológico

Luis Gulín

OURENSE

10 nov 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Él es profesor universitario de telecomunicaciones, nacido en Ourense hace 37 años, pero sus padres por razones laborales, a los 10 años, se lo llevaron a Madrid. No dispone de teléfono móvil, sigue utilizando el teléfono fijo, las cabinas de Telefónica y emplea una tarjeta para llamar desde ellas. Argumenta su rechazo a la telefonía móvil porque no quiere ser esclavo de la tecnología. Esta dependencia actual de las nuevas tecnologías (móvil, portátil, ipod, ipad, etc.) la considera como una enfermedad, dado que los seres humanos en el metro, en el tren o en el autobús no saben desconectar y siguen enganchados a los aparatos de nueva generación. Tampoco quiere disponer de móvil porque con el GPS puede estar localizado en cualquier punto de la geografía y rechaza que el estado tenga la posibilidad de encontrarle. Tuvo un teléfono móvil durante dos días pero le sonó durante un funeral y se enfadó de tal modo con el aparato que lo pisoteó hasta destrozarlo por completo. Argumenta que con ocho horas diarias laborales dedicadas al mundo de las telecomunicaciones ya le llena y que por razones profesionales está al tanto del funcionamiento de los aparatos. Pero eso de mezclar trabajo con la vida privada no es de su agrado. Y dice que no es el único bicho raro de su facultad madrileña que piensa y actúa así.