El bárbaro del ritmo

Eduardo Galán

OURENSE

26 ago 2011 . Actualizado a las 11:54 h.

El Conan de John Milius, coescrito por Oliver Stone, es pieza única, poderosa y nihilista, con un Schwarzenegger pleno de sentido del humor. Inútil sería intentar superarla. Y esa es la virtud de Nispel, que opta por hacer otra interpretación, menos solemne y espesa, pero igual de fiel al espíritu del personaje creado por Robert E. Howard. En el cómic fueron igual de buenos, pero bien distintos, situándose entre el modernismo y el hiperrealismo, los héroes dibujados por Barry Smith o Neal Adams.

La primera sorpresa de la película es Jason Momoa, un bárbaro con retranca y muy rápido en las peleas, plenas de ritmo. Icónicamente se sitúa entre el Conan de Smith y el de Adams. Cubierto de sangre y de cicatrices, el personaje está sutilmente matizado con la ayuda de diálogos precisos que buscan el homenaje a Howard, aquel gran escritor neurótico y suicida confinado a las páginas de las novelitas baratas. «Vivo, amo, mato y me doy por satisfecho», le dice a la princesa vestal, añadiendo con su laconismo muchas de las claves de la filosofía howardiana: «Nadie debe vivir encadenado».

Hay momentos sencillamente magníficos, de pura antología, como la pelea con los diablos de arena que es un cálido homenaje digital al talento analógico del Simbad de Ray Harryhausen. De hecho, la película está preñada de guiños cinéfilos con mucho sentido: la malvada bruja que encarna la genial Rose McGowan lleva una zarpa a lo Freddy Krueger con la que prueba la sangre de las jóvenes vírgenes, mientras que las tropas de su papá arrastran un barco por el desierto, como en el Fitzcarraldo de Herzog.

El bestiario lovecraftiano es soberbio, con ese pulpo gigante y abisal. Y no menos notable se revela el diseño de producción, pictórico e imaginativo, con hitos en la Cueva de la Calavera o la Ciudad de los Ladrones. Solo la excesiva modestia de la propuesta y un uso poco creativo del 3D impide que hablemos de una pequeña obra maestra.

«Conan, el bárbaro»

Director: Marcus Nispel. Intérpretes: Jason Momoa, Rachel Nichols, Stephen Lang.

No esperábamos demasiado del remake de Conan el bárbaro. El director, Marcus Nispel, es especialista en discretas revisiones de películas, como las de La matanza de Texas o Viernes 13. Sin embargo, su Conan recupera el espíritu del cine de aventuras clásico y eso ya es mucho en esta época de ruido digital que vive el cine de género.