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no también quiere hablar del Códice Calixtino. Su desaparición es de esas noticias que se pueden denominar como del año, o de la década. Nos afecta a todos y a los gallegos más. El manuscrito refleja el comienzo de la vocación europea y de un camino, el de Santiago, que se convertiría en el cordón umbilical por el que circularía, la cultura, el conocimiento, la tecnología y todo aquello que sería el futuro, hoy presente, de la UE y a pesar de todas las dificultades de su desarrollo permanente. Mi contacto más importante con el Códice, se produjo en el año 1991, en el que acompañando, entre otros, al malogrado y querido Luis Rivas, realizamos en bicicleta el Camino de Santiago desde Roncesvalles a Compostela. Nuestra guía mas consultada no fue la Michelín, sino la Guía del Peregrino el quinto libro del Codex Calixtinus; nos sirvió de punto de apoyo de gran importancia para confeccionar el rutómetro que preparamos para definir el recorrido de los ochocientos kilómetros que mis «pupilos» realizaron en ocho días. Nos ilustró sobre las costumbres y usos de lo que queríamos ser durante el camino, sirviéndonos de motivo de conversación en muchas ocasiones.