Devoción por San Francisco Blanco

susanA prieto O BARCO / LA VOZ

OURENSE

Las localidades de Outarelo en O Barco y la de Tameirón en A Gudiña festejaron y honraron el santo con romerías

06 feb 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Outarelo, pueblo del municipio de O Barco, reunió ayer a cientos de fieles de la comarca de Valdeorras y el Bierzo (León) durante la romería de San Francisco Blanco, santo natural de O Tameirón (A Gudiña) que cuenta con numerosos devotos.

La jornada soleada acompañó esta celebración tan especial, en la que se desarrollaron misas, una procesión encabezada por la imagen del santo y su reliquia así como una fiesta campestre a base de pulpo acompañada del sonido de una charanga.

El santo es abogado de los dolores de cabeza, si bien «nos encomendamos a él para todo pues es muy milagroso», comentaba una vecina con lágrimas en los ojos. Algunos optaron por realizar una pequeña peregrinación a pie para acudir a los actos religiosos. «Vengo a Outarelo desde A Rúa a pie, me ha llevado tres horas menos cuarto caminando», decía un devoto.

La reliquia del santo, su cráneo, volvió a convertirse en el centro de atención de los vecinos y visitantes. Fue venerada por los asistentes suscitando la emoción de los más devotos, que hicieron largas colas para besar la urna de cristal en la que permanece cuidadosamente guardada.

El cráneo llegó hasta la capilla de Outarelo a través de «Andrés de Prada, hace cuatro siglos, que era secretario de Felipe III. La Auténtica de la reliquia, el documento que acredita su autenticidad, se encontraba en el pasado en la biblioteca de Pazo de O Castro. Yo no he llegado a verla, pero hay sacerdotes que sí. La historia está muy bien documentada por Isidro Tato», explica el párroco de O Barco, Tomás Rodríguez. El sacerdote señala que el estado de conservación de la reliquia es «excelente», de tal forma que no ha sido necesario llevar a cabo ninguna medida de restauración en los últimos años.

Curiosamente, Tameirón, la tierra natal del santo, que también celebra estos días su festividad por todo lo alto, guarda otra reliquia, un hueso del dedo meñique, que se venera de forma similar. Las dos reliquias de San Francisco Blanco, en Valdeorras y Conso-Frieiras, desplazan hasta ambas comarcas a muchos devotos. «La prueba de esta devoción es que hay muchas personas que llaman para encargar misas, bien para pedirle favores o para darle gracias», explicó el párroco de O Barco.

El ambiente religioso y lúdico llenó de vida la pequeña localidad de Outarelo pues, un año más, fueron muchos los que no dejaron pasar una cita que se remonta a tiempos inmemoriales.