La ciudad sin ley. Los vecinos de Calvos de Randín puede que todavía no sepan que viven un territorio comanche. Es decir, que en realidad allí la justicia se mide con otros parámetros, que el estado de alarma de los controladores no es nada comparable a lo que allí viven. Ciudadanos de Calvos: ¡Pueden hacer los que les venga en gana! Da miedo incluso pensarlo. Resulta que la Justicia, a pesar de haber sido clara en su sentencia, no está capacitada para su cumplimiento. El alcalde de Calvos de Randín está agotando cartuchos. Un día es la baja del secretario del Concello, al día siguiente la del secretario del Juzgado de Paz y otro cualquiera la del propio regidor. Lo cierto es que uno, a estas alturas, y si viviera en un país sin ley, cogería a un grupo de vecinos, se reuniría en la plaza del pueblo y con una brisa cálida a media tarde se aproximaría a la cárcel para hablar con el sheriff sobre la situación. Claro, las mujeres y los niños cerrarían puertas y ventanas y se quedarían en casa al lado de la chimeneas calentando agua por si hay que operar. Pero no. No vivimos en una ciudad sin ley y por eso no todo vale. Si grave es lo que el alcalde de la localidad está haciendo no menos lo son los oídos sordos. Gente de su propio partido político que parece ahora ajeno a la situación cuando hace alrededor de dos años jaleaba al que hoy rige una ciudad sin ley. Ya no esperamos más de él y no esperamos más de ellos. Pero sí de la Justicia. ¿Qué pasaría si un ciudadano del común llevase dos años negándose a pagar el alquiler de su casa? ¿Qué pasaría si no pagara el recibo de la luz?, ¿y del agua?, ¿y de la basura? ¿Sería tan permisiva la justicia y el Concello y esperarían y esperarían si el deudor esta de baja médica? No creo. Hay que ser serios y contundentes en este asunto porque de lo contrario nos faltarían argumentos para confiar y no salir a la calle. LLegan las fiestas de Navidad y un nuevo año. Esto me lo pido por Reyes.