El temporal se ceba con Baltar y aísla a un centenar de vecinos

Marta Vázquez Fernández
Marta Vázquez OURENSE/LA VOZ.

OURENSE

Las quitanieves no pudieron llegar a los municipios más altos de Ourense

01 dic 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Primera nevada del año con los problemas de siempre. A casi mil metros de altitud, donde no llegan las máquinas quitanieves, la paciencia y una buena calefacción son las principales aliadas para los habitantes cuando la meteorología muestra su cara más dura y los termómetros se quedan en mínimos. Es lo que ocurre cada año en algunos núcleos del municipio ourensano de Baltar, el más meridional de la provincia y con cumbres que se sitúan hasta a 1.300 metros sobre el nivel del mar. Aunque este año la nieve ha hecho acto de presencia antes de lo esperado, ayer a nadie le extrañaban los veinte centímetros de espesor con los que se encontraron por la mañana cuando intentaron salir de sus viviendas.

La jornada había comenzado muy temprano para todos los vecinos del municipio ourensano, uno de los más afectados por el temporal de nieve que azota Galicia estos días. Un manto blanco cubría desde primera hora no solo los pueblos, sino también algunas de las principales vías de comunicación entre Baltar y otros puntos, incluida la frontera con Portugal, por lo que las tareas de limpieza se centraron en esas zona.

Atrapados en cunetas

Máquinas quitanieves y camiones cargados de sal fueron abriendo a medida que avanzaba la mañana carreteras cortadas, lo que no evitó que muchos camiones quedaran atrapados en cunetas, algunos destinados a recoger animales de varias granjas y otros cargados de combustible también para estas instalaciones.

A la una de la tarde, el propio alcalde del municipio, José Antonio Feijoo, acompañaba a las máquinas que aún trabajaban para limpiar la calzada que comunica la cabecera de comarca con Calvos de Randín. «Estamos haciendo todo lo que podemos y con los escasos medios que tenemos, pero hay localidades que están muy altas y a las que hay muchas dificultades para llegar», explicaba el regidor, que se refería a las aldeas de Sabucedo, San Martiño y Gomariz, que ayer permanecieron aisladas durante casi todo el día. Y en ellas el centenar de vecinos que allí residen. Además, durante toda la mañana los dos vehículos todoterreno con los que cuenta el Ayuntamiento tuvieron que trasladar a muchos otros lugareños, que tenían que ir al médico, o incluso a trabajar, y no pudieron hacerlo por sus propios medios.

En sus casas

Algo mejor era la situación en otras aldeas a las que se podía acceder en coche, aunque con muchas dificultades. En Tosende la treintena de vecinos residentes se tomaron con resignación el temporal y optaron por permanecer en sus casas durante todo el día, mientras la nieve arreciaba fuera. Para algunos, como José Barja, nevadas como la de ayer son habituales cada año y con ellas sus consecuencias, que parecía asumir con naturalidad. Otros, como Manuel Rodríguez, se quejaban de que las máquinas quitanieves no pasasen más a menudo por la zona para limpiar las calles, apenas transitables. «Aquí somos casi todos pensionistas y no tenemos que salir a trabajar con el coche, pero si hay cualquier urgencia médica podemos tener un problema grave», explicaba.

A menos de cinco kilómetros, en San Paio, idéntico panorama para los lugareños. Mucho frío y nieve que tapaba los coches aparcados junto a las casas. Ayer los vecinos no pudieron moverse más que en todoterreno e incluso tractores, muy útiles para este tipo de situaciones. «No esperábamos que la nieve llegase tan pronto, pero en todas las casas hay leña suficiente para mantener las casas calientes», aseguraba un vecino, mucho más inquieto por saber cómo se iba a trasladar para poder asistir al velatorio de un familiar. Hoy se celebrará el funeral y en el municipio a todos les preocupa si la nieve permitirá o no acceder a la aldea en la que debe ser enterrado.