Reconozco que estoy perdiendo facultades; día a día me vuelvo más torpe y me cuesta más entender algunas cosas. El pasado sábado, en Eirasvedras, tuvo lugar un curioso acontecimiento que, según los que allí hablaron, suponía un valioso logro para Ourense. Allí, nuestra paisana y flamante ministra de Medio Ambiente, la ourensana Elena Espinosa, conjuntamente con el conselleiro de idéntico ramo y nuestro alcalde, plantaron un árbol como señal del comienzo de las obras del llamado centro de interpretación de los recursos naturales nada más y nada menos; en ello van a invertirse más de 8,5 millones de euros, de los cuales 7 saldrán de las arcas del ministerio de nuestra paisana.
No entendí, y sigo sin entender, para qué va a servir el costosísimo y desde mi punto de vida innecesario y desde luego mal ubicado centro. 8,5 millones de euros son muchos euros e invertirlos de esta manera me parece, sencillamente, un despilfarro, sobre todo ahora, cuando hasta ZP reconoce que estamos atravesando la más profunda crisis económica que se recuerda.
El sábado abandoné Eirasvedras acomplejado y preocupado por mi falta de sensibilidad al no entender lo importante que, según la ministra, es este proyecto para Ourense. Ahora tengo la certeza de que a quienes les falta sensibilidad es a algunos de nuestros políticos por querer hacernos comulgar con ruedas de molino.