¿Eran ellos?

ANTONIO NESPEREIRA

OURENSE

AL MARGEN | O |

19 feb 2007 . Actualizado a las 06:00 h.

ME pareció ver ayer a Poly Nóvoa ataviado de gaviota y con dos «pes» en las alas volando demasiado bajo desde Cudeiro a la plaza Mayor, a punto de ver la tierra a un palmo del pico, justo al lado de un calendario con una única hoja, la del 27 de mayo. Creí reconocer a Paco Rodríguez envuelto en un puño de color blanco y brotando de él una rosa, pero sangrando por culpa de una espina que iba directa a su corazón mientras unos tipos de su comparsa, con poco pelo, la orientaban para que la herida fuese mortal de necesidad. Si no es más que eso, juraría percibir la figura de Alexandre Sánchez Vidal sosteniendo la banda azul de la bandera gallega, pero a punto de caerle encima la estrella roja de cinco puntas, mientras se tomaba un chocolate marca «Vicepresidente» y portaba un babero gigante de galescola con su nombre. No muy lejos de ellos intuí el paseo de la egregia figura de Baltar cual reyezuelo de un país que se queda sin súbditos mientras los diputados miran envidiosos su corona y un cetro que jamás portarán. Observé a un tipo bien parecido a Ovidio Fernández Ojea, presidente de la Cámara, metido en una caja de un electrodoméstico de la cadena Tien 21 y un lacito rojo con una dedicatoria de Jorge Bermello. Un poco más atrás me contaron que estaba Francisco Rodríguez, mandamás de la CEO, caracterizado de locomotora del AVE, pero con el motor gripado y quedándose en Taboadela, sin llegar a la estación Empalme. Me pareció que todos ellos iban entre lanceros con casaca, monarcas de otras tierras, un travestí perdido, un guardia pendenciero, un pelos coloraos , rockeros insurgentes, modernos complacientes, poetas y colgados a los que cantaron Víctor Manuel y Ana Belén. Juraría que eran todos ellos los que desfilaban en medio de la mofa y los gestos burlones de los presentes. Era Entroido. ¡Qué pena!