?n medio del entramado político-sanitario de la posguerra destacó un nombre del que ya antes hablamos, García Boente. Alcanzará en la posguerra el cargo de secretario del Patronato Nacional Antituberculoso (PNA), un puesto de cierto poder en el organigrama sanitario del primer franquismo pues la lucha contra esta enfermedad fue una de las primera medidas del nuevo gobierno. Inspector provincial de Sanidad ya desde los años 20 y luego con la República, García Boente llegó a estar en el epicentro de las luchas internas surgidas en la dictadura entre los distintos grupos de la Falange y la Dirección General de Sanidad para coordinar la lucha contra la tuberculosis y, sobre todo, para poder controlar el Seguro Obligatorio que contra la enfermedad trató de articularse en ese momento. En 1941, García Boente aportaba datos concretos de la lucha antituberculosa y del proyecto de Seguro citado en el libro Tuberculosis en la posguerra, editado por el PNA.