La dulce sensación del triunfo

OURENSE

MIGUEL VILLAR

Crónica | Ourense tras la remodelación del gobierno Fraga Mientras se hacen cada vez más evidentes las discrepancias en el seno del PP de Galicia los ourensanos aluden a la presencia de tres conselleiros en la Xunta

10 sep 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

?l PP de Galicia es un volcán. Cercenadas de raíz todas las posibles carreras sucesorias y alianzas de los diferentes feudos de poder tras la reunión de Perbes -donde Fraga ninguneó a sus capataces y se encomendó a la devoción mariana, en versión barba y puro, para salir erigido en nuevo salvador de Galicia y el mejor de los candidatos posibles del PP (como el loctite que garantizará la unión férrea del partido)- la paciencia se ha colmado, desapareciendo el «todos a una» y haciéndose cada vez más evidente el sonido estridente de las discrepancias. El portazo del que fue durante años el paradigma de la fidelidad a las tesis del PP y a su presidente fundador, el tanta veces aludido como ejemplar Diz Guedes, no parece un episodio aislado, sino más bien la escenificación del «basta ya» que desean expresar sectores notorios del PP gallego para liberarse de la pesada losa de Fraga -que el de Vilalba sea, ¡ otra vez !, el mejor sucesor de sí mismo tiene alporizados a muchos que consideran que esa maniobra deja en ridículo al propio partido y desautoriza a los posibles relevos y las propuestas que se han ido trasladando a la dirección desde las últimas elecciones autonómicas-. ¿Cuatro conselleiros? Y mientras se alzan las voces de los que claman contra la toma del PP de Galicia por parte «dos de Génova e os de Mariano», en el PP de Ourense entonan la alegre canción de la sensación de triunfo y de la mayor cuota de poder que nunca se pudieron imaginar. La ascensión de Alberto Núñez Feijoo, flamante vicepresidente primero de la Xunta y titular de la consellería más importante del gobierno autonómico, la designación de Belén Prado como nueva conselleira de Asuntos Sociais, Emprego e Relacións Laborais -en sustitución de Cimadevila- y la confirmación de Aurelio Miras como conselleiro de Emigración deja a la provincia de Ourense con tres conselleiros en el gobierno Fraga -además de ser uno de éstos, Núñez Feijoo, uno de los hipotéticos sucesores del presidente de la Xunta-. Una cuota de poder que los más optimistas, para más señas José Luis Baltar, elevan a cuatro aludiendo a que el nuevo titular de Sanidade, José Manuel González Álvarez, nació en Bande. Dejando a un lado el mar de fondo que parece que pondrá a prueba en los próximos meses -¿ o semanas?- el maderamen del barco de la gaviota, desde los populares ourensanos se tiene la sensación de afrontar una nueva etapa, quizás la tantas veces ansiada y deseada que pueda traer consigo una discriminación positiva para la provincia. Que Alberto Núñez Feijoo ostente la cartera con más peso político y la de mayor presupuesto y valor estratégico hace aludir a más de uno a los proyectos e intervenciones que se acometerán para relanzar la provincia. El mismo discurso triunfalista se esgrime a la hora de recordar que Miras Portugal sigue al frente del departamento que se ocupa de la destacada «quinta provincia» gallega y que Prado Sanjurjo asume una consellería llamada a jugar un papel primordial en una provincia con acuciantes necesidades en el campo de los servicios sociales. El tiempo, ese inexorable baremo que quita y otorga la razón, será el encargado de hacer realidad las cábalas de los populares ourensanos o -en caso contrario- la pérdida de poder de los barones provinciales, los auténticos amos del granero de votos del PP de Galicia.