India y Pakistán, ¿quién es el más fuerte?

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

Un niño en el interior de una vivienda dañada por los ataques de Pakistán sobre la India.
Un niño en el interior de una vivienda dañada por los ataques de Pakistán sobre la India. Basit Zargar | EUROPAPRESS

10 may 2025 . Actualizado a las 10:45 h.

Pese al exponencial incremento de la tensión entre la India y Pakistán, y pese al peligro que supone que estas dos potencias nucleares pierdan el control e inicien un conflicto armado, parece que hay margen para cierta esperanza. Por una parte, y aun cuando, en una inusual demostración de unidad, los diversos partidos políticos pakistaníes organizaron, al día siguiente, una manifestación de repulsa en Karachi contra el ataque de India del pasado día 7 de mayo, ese país no se encuentra en condiciones de embarcarse en una guerra a gran escala. Por su parte, la ejecución de la operación Sindoor, el ataque de la India en respuesta por el atentado en Cachemira que ocasionó la muerte de 26 peregrinos hindúes, responde al descenso en la popularidad del primer ministro Narendra Modi. Es muy probable que este haya considerado que esta intervención reavivará el espíritu nacionalista en su país y, con él, el apoyo político que precisa para mantenerse en el poder. No es la primera vez que Modi ordena intervenciones militares en Pakistán como método para ganar respaldo, baste recordar el bombardeo en Pulwama del 2019, que se saldó con la muerte, solo reconocida años después, de 40 paramilitares indios.

Por lo pronto y como demostración de que la India no tiene intención, aparentemente, de continuar con los ataques, salvo que, haya «provocación» pakistaní, el secretario de Estado para Asuntos Exteriores, Vikram Misri, manifestó que aquel había sido proporcionado y muy dirigido a determinados objetivos vinculados con los perpetradores del ataque en Cachemira. Según el informe militar, la India atacó 9 localizaciones en Pakistán y La Cachemira administrada por este país en función de «informes de inteligencia creíbles». Las declaraciones de Maulana Masood Azhar, vinculado a la organización terrorista Jaish-e-Mohammed asentada en Pakistán, confirmando que 10 de los fallecidos eran sus familiares parece refrendar la inteligencia india sobre los objetivos bombardeados.

Por su parte, Pakistán ha declarado que derribó varios aviones y un dron indio durante el ataque. La consecuencia más inmediata ha sido un intercambio de misiles en el distrito de Pooch en la Cachemira administrada por la India que, a su vez, ha supuesto la muerte de 7 personas y heridas a otras 32.

Aunque la historia está por escribirse, los intereses de ambos países pasan por marcar territorio, mostrarse fuerte frente al adversario pero, ser prudentes para evitar un enfrentamiento de consecuencias imprevisibles.