Vente tú a Lugo

Fernanda Tabarés
Fernanda Tabarés OTRAS LETRAS

OPINIÓN

Martina Miser

16 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

A estas alturas ya todos ustedes sabrán que Abraham Cupeiro visitó el lunes La Revuelta y dejó una de esas frases llamadas a convertirse en un eslogan político o en un mantra existencial: «Vente tú a Lugo». El virtuoso galego se la encajó a Harry Gregson Williams cuando el compositor de la banda sonora de Gladiator le pidió que se fuese hasta Los Ángeles para hablar de lo suyo. Imaginamos a Williams perplejo pero interesado al escuchar cómo Cupeiro le contestaba que no, que mejor fuese él a Lugo, que hay la misma distancia de Chorente a Beverly Hills que de Beverly Hills a Chorente y que además en Lugo hay pulpo y este es el argumento definitivo para disuadir a una estrella de Hollywood. La orden de Cupeiro debió de ser tan tajante que al poco al músico se le vio por la cabaña de 50 metros cuadrados a las afueras de Lugo en la que vive Abraham, acariciando una trompeta celta y, sí, comiendo pulpo.

La anécdota con Gregson y la determinación del galego le gustó mucho a Broncano, aunque su reacción destilara un pálpito involuntario de condescendencia, porque lo es considerar normal coger un avión a Los Ángeles y extraordinario un tren a Lugo. Por eso el «Vente tú a Lugo» hay que considerarlo mucho más que una respuesta cachonda en un trato comercial. En ese mandato hay mucha convicción, autoestima, seguridad en uno mismo, lógica aplastante y gusto gastronómico exquisito. Porque a veces decir no se me perdió nada en Los Ángeles, o en Madrid, y me quedo a tocar la flauta en Sarria también es un acto político. Y a veces incluso una estrella de Hollywood se planta en Lugo, te contrata para la banda sonora de Gladiator y descubre la flauta celta y el mejor pulpo del mundo.