«¿Podemos ignorar que el juez ha solicitado a Telefónica los mensajes borrados por García Ortiz?»

OPINIÓN

¿Casualidad?
Partiendo del hecho sistemático de que este Gobierno no da puntada sin hilo (otra cosa es su vertiente ética, es decir, su carencia) en su afán por controlar todos los espacios de poder, habiéndose ya —desde hace tiempo— puesto manos a la obra con destacados exponentes de las empresas del Ibex 35, como bien señala La Voz, ¿acaso podemos ignorar y no vincular el desembarco en Telefónica al hecho de que el juez que se ocupa del fiscal general del Estado ha solicitado a esta compañía los mensajes y correos borrados por el señor García Ortiz en el caso en el que se sienta en el banquillo cómo imputado? Petición extendida a otros casos en el que los investigados, ¡oh casualidad!, forman parte de su más y familiar círculo íntimo, léase su esposa y hermano artista, que no alcanza a recordar ni su rol, ni la ubicación del despacho desde el que coordinaba... ¿qué? José Manuel Rodríguez Mosquera. Betanzos.
«Apartheid» de género
Ni en los peores tiempos del apartheid contra la población negra de Sudáfrica se vulneraron tantos derechos como ahora en Afganistán respecto a las mujeres y las niñas. La última ocurrencia del régimen talibán es prohibir el acceso a la formación en medicina a la población femenina. Esto, unido a la prohibición de ser atendidas por médicos varones, deja a las mujeres y las niñas sin atención sanitaria. ¿Qué más les pueden prohibir? Lo único que se me ocurre es vivir. Sin atención sanitaria, sin derecho a la educación, sin derecho a la libertad de movimientos, etcétera. Totalmente supeditadas a la autoridad masculina en casa y en la esfera pública. Lo sorprendente es que ha costado tiempo que se hable de apartheid de género en Afganistán. Lo sorprendente es que no hay un movimiento internacional para acabar con esta situación. Y es que el apartheid de género no solo existe en Afganistán. Basta darse una vuelta por el mundo para comprobar cómo los derechos de las mujeres están limitados en muchísimos países en diferentes grados. ¿Se imaginan algún país en el que las mujeres les prohibiesen a sus hijos varones y a sus maridos, amigos y hermanos el acceso a la educación y la sanidad? Yo no. Lucía Rey Iglesias.
El Buda
Yo soy católico practicante y estoy muy orgulloso de serlo. Pero el otro día me encontré, en el escaparate de un comercio, una figura de un Buda en actitud orante y me impactó de tal manera que no me lo pensé dos veces y entré en el comercio y acabé comprándola. Ahora lo tengo en casa en un lugar de privilegio para poder verlo desde diferentes posiciones. La verdad es que no me arrepiento de haberlo adquirido porque su visión me relaja, me acompaña y me llena. Como es natural tengo figuras de Cristo y crucifijos en la habitación, pero tengo que reconocer que el Buda me tiene enganchado estéticamente hablando, y, aunque no pienso abrazar la religión budista, la figura que compré me conforta y me tiene atrapado. En estos momentos de guerra y crueldad, ver una escultura en actitud de profunda reflexión y oración es muy gratificante. Joaquín Gil de la Peña. Cambados.