Tronos, dramas y dragones

Beatriz Pallas ENCADENADOS

OPINIÓN

 La casa del dragón
La casa del dragón Max

16 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Familias desestructuradas, odios viscerales y guerras por el poder son atributos aplicables a cientos de ficciones que apelan a las flaquezas humanas en cualquier época y lugar. De todo ello trató en su primera temporada La casa del dragón, la serie que enjuagaba la fantasía de Juego de tronos para reducirla a los huesos de un drama familiar con sangre y personajes sádicos a lomos de dragones. En unas horas regresa con nuevos episodios esta ficción, que retrata al clan de los Targaryen en los tiempos anteriores al mundo conocido y se enfrenta al momento de elegir bando en la guerra civil que se avecina. El espectador implicado deberá decidir cuál de las dos facciones merece reinar, si los negros, leales a Rhaenyra, o los verdes, que apoyan al hijo de Alicent Hightower.

Gracias a la herencia recibida, la primera temporada fue un éxito mundial, aunque lejos de su serie nodriza. Para muchos seguidores no fue fácil anclarse a esta propuesta, basada en Fuego y sangre, de George R.R. Martin, que carecía de la profundidad y el desarrollo de los personajes del producto original y en la cual la historia no parecía progresar con el mismo ingenio. Ahora que la Casa Targaryen entrará en su apogeo de autodestrucción, es hora creer y confiar en la promesa de que lo visto hasta ahora fue solo el prólogo de algo mejor.