Solidaridad con Israel

Javier Armesto Andrés
Javier Armesto CRÓNICAS DEL GRAFENO

OPINIÓN

ATEF SAFADI | EFE

23 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Probablemente, los miles de jóvenes que se manifiestan y acampan estos días en las universidades de todo el mundo para protestar contra los ataques de Israel sobre Palestina no han visto La zona de interés. Dudo que pudieran entenderla, asimilarla, la película de Jonathan Glazer es demasiado sutil para ellos: los niños jugando con dientes humanos con empastes de oro; las ventanas cerradas para que no se cuelen las cenizas y el olor a barbacoa humana; mujeres repartiéndose los vestidos y abrigos de otras, regocijándose por haber encontrado un diamante oculto en un tubo de pasta dentífrica; una reunión rutinaria para diseñar un crematorio más eficiente; el sonido hueco de los disparos, el chirrido metálico de los trenes acercándose y el de la apertura de los cerrojos de los vagones de ganado, de los barracones, de las cámaras de gas...

Como no se ve o no nos lo enseñan, parece como si el horror no existiera o no hubiera tenido lugar nunca. Pero ocurrió, 6 millones de judíos fueron asesinados en el Holocausto, que algunos pretenden comparar ahora con la situación en Palestina, que tildan de «genocidio». No es lo mismo, y no ya por el abismo colosal en las cifras que se manejan; uno fue un plan sistemático y organizado de exterminio, mientras que la invasión de Gaza es una guerra en respuesta a un ataque perpetrado por Hamás el 7 de octubre pasado, en el que murieron 1.139 israelíes —más de la mitad civiles, incluyendo menores de edad, con una saña y brutalidad propias del peor terrorismo, si es que se pueden establecer niveles en este tipo de barbarie— y otros 252 fueron secuestrados.

Precisamente, las imágenes de ese ataque duraron dos semanas, porque a partir de entonces lo único que se nos muestra son las consecuencias de la operación bélica iniciada por el Gobierno de Tel Aviv para intentar acabar con Hamás. Los líderes de esta organización paramilitar yihadista-islamista se esconden bajo tierra mientras disfrutan viendo cómo su relato encuentra altavoz en países como España y su presidente. Pedro Sánchez va a reconocer el Estado de Palestina, cuyos responsables han sido acusados de crímenes contra la humanidad por el fiscal de la Corte Penal Internacional —no solo Netanyahu y su ministro de defensa—. Desde aquí, mi solidaridad con Israel.