Begoña fue una excusa

Sofía Vázquez
Sofía Vázquez ESTADO BETA

OPINIÓN

Remo Casilli | REUTERS

01 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Da rabia pensar que el presidente del Gobierno hubiese gestionado su «ansiedad» política, que le llevó a estar cinco días en el rincón de pensar, a través de la figura de Begoña Gómez. Siendo empáticos, es posible comprender que uno de los miembros de un matrimonio —de profesión líder del Ejecutivo de su país— pueda decir «hasta aquí llegué» si el entorno pone en duda la actuación de su pareja, incluyendo verdades, bulos y mentiras. Es en ese momento cuando se entendería que Pedro Sánchez, a causa del maltrato a su esposa, hubiera abandonado su puesto de trabajo y saliese de la esfera pública para siempre.

Sin embargo, no resulta tan comprensible que, tras cinco días de reflexión, el presidente se apostara en la puerta del Palacio de la Moncloa —sin periodistas y por tanto sin preguntas— para anunciar una regeneración política que, sin duda, tendría que comenzar por los miembros del Consejo de Ministros, donde se escuchan frases como «es el puto amo» y se escupen mentiras contra sus rivales políticos.

Pero no, no ocurrió nada de eso. Sánchez dijo que se quedaba y demostró que sus cinco días de reclusión le permitieron alcanzar el objetivo de «dejarse querer» por los nacionalistas, principalmente, que pese a las críticas no rompieron el pacto ni tampoco amenazaron con hacerlo.

Tras lo sucedido, cabe preguntarse cómo se sentirá Begoña Gómez, una mujer con carácter suficiente para defenderse por sí misma y explicar las verdades y mentiras de todas las reuniones que tuvo y documentos que firmó.