Portugal lo ha vuelto a hacer

Francisco Carballo-Cruz PROFESOR DE ECONOMÍA DE LA UNIVERSIDADE DO MINHO

OPINIÓN

JOSE SENA GOULAO | EFE

08 nov 2023 . Actualizado a las 08:47 h.

Con la crisis desatada por un presunto caso de corrupción y la dimisión del primer ministro, Portugal vuelve a dar ejemplo. Por un lado, porque exhibe una impecable división de poderes, extensiva a todos sus ciudadanos; y, por otro, porque renunciar al poder, disfrutando de una amplia mayoría absoluta, da una enorme dignidad a la dimisión de António Costa, con independencia de sus responsabilidades en este asunto, que parecen ser menores. En este momento, el alcance del escándalo es desconocido, pero el origen es el mismo que en casos similares: grandes proyectos de inversión susceptibles de financiación vía fondos europeos y sujetos a múltiples licencias y autorizaciones. La tentación para los que negocian y deciden es muy grande y algunos acaban por caer en ella.

Costa se va con un sabor agridulce. Deja un país en el que aparentemente se vive mejor y que ha sorteado relativamente bien las varias crisis de los últimos años, pero en el que persisten grandes conflictos en sanidad y educación, y amplios colectivos crecientemente descontentos. En el ámbito económico, el balance es positivo en materia de cuentas públicas, empleo e inversión extranjera, y también en crecimiento y distribución de la renta. Pero en el debe hay que anotarle la crisis de la vivienda, el exceso de turismo, la mala orientación y baja ejecución de los fondos Next Gen, la falta de estrategia industrial y los retrasos en la venta de TAP y las decisiones sobre el nuevo aeropuerto de Lisboa.

Después de la dimisión de Costa, el protagonismo es para el presidente de la República. Tendrá que decidir qué hacer con la gobernación del país. Los escenarios más probables son la convocatoria de elecciones o la constitución de un nuevo Gobierno socialista, con un primer ministro indicado por el partido, con el visto bueno del presidente. A la hora de decidir, Rebelo de Sousa tendrá que tener presente la situación de la oposición y las posibilidades de formación de mayorías poselectorales. Dada la fragilidad del liderazgo del PSD (centro derecha) y del potencial electoral del Chega (derecha radical), la segunda opción parece la más probable, aunque va a depender de la gravedad de los hechos que se vayan conociendo.

Si se concreta esa opción de continuidad, el mejor colocado es Fernando Medina, actual ministro de Hacienda y exalcalde de Lisboa. Si hubiese nuevas elecciones, se abriría un proceso interno para elegir un nuevo líder en el Partido Socialista y el mejor posicionado sería el anterior ministro de Infraestructuras, Pedro Nuno Santos, que dimitió hace unos meses por un caso vinculado a TAP y que ejerce un férreo control sobre el aparato del partido. En ese caso, tendrá enfrente a Luís Montenegro, líder del PSD, que tiene problemas de afirmación entre el electorado, pero que puede salir muy reforzado de esta situación de crisis. El escenario futuro de la política portuguesa está ahora en manos de Rebelo de Sousa y se empezará a delinear a partir de mañana mismo.