
Ruido, más ruido... Qué pereza otro artículo sobre este tema!. Todos los días lo mismo, unos con que tenemos una ocasión histórica que no podemos dejar pasar, y los de enfrente con que siempre se lo llevan crudo las multinacionales sin dejar nada aquí. Grandes números, miles de millones de inversión y puestos de trabajo por aquí, cientos de parques y de efectos medioambientales negativos por allá. Todo es macro, grande, multi…
Por si faltaba algo, algunos jueces del TSXG (ningún otro tribunal superior) toman partido y se posicionan afirmando que la Xunta tramita mal los parques. Y un director de cine ha dicho que «sí, pero no así». ¡Anda que…!
Se ha escrito ya tanto. El que quiera profundizar tiene hemeroteca de sobra, ahí está Google. Quizá es más bien el momento de coger perspectiva y poner sentido común, pensando por uno mismo y sacando nuestras propias conclusiones, no las de otros.
Así que en España, este país que afortunadamente pertenece a las filas de butaca de oro del teatro mundial, los expedientes se tramitan y las obras se hacen sin suficientes garantías. Así, en general. Mmm…
Así que desde el año 2010, según estos jueces del TSXG, la Xunta, los promotores, los funcionarios, escamotearon al público la oportunidad de decir suficientes veces «sí, pero no así» al evaluar los proyectos, y solo gracias a sus brigadas de investigación los ecologistas pudieron presentar a tiempo las alegaciones y los informes de sus biólogos de carné. Los cientos de funcionarios de carrera, biólogos y arqueólogos de prestigio que han participado en los expedientes eólicos, las mejores oficinas de proyectos del país, han hecho su trabajo mal, todos. Mmm…
¿De verdad tenemos que creernos esto?
¿O será que detrás de todo esta campaña están organizaciones supuestamente medioambientales, contaminadas por intereses personales vinculados a corrientes políticas, de las que casualmente algún juez del TSXG fue cabeza de cartel al grito de «eólicos no»? Mmm…
César se divorció de Pompeya, famosa por su moral intachable, porque «mi esposa debe estar por encima de toda sospecha». En el caso que nos ocupa, la mujer del César, ya que no lo es, al menos debiera parecer honesta.
¿Ninguno de esos macroparques de cuatro aerogeneradores merece su aprobación? ¿No será que son más «anti» que «pro»?
Por cierto, las organizaciones ambientalistas de verdad, las de prestigio nacional e internacional sin filiación política, apoyan sin ambages la instalación de parques eólicos, impulsando incluso las simplificaciones de tramitación aprobadas por la UE. ¡Sí, así sí!