El terror es algo cotidiano

Tamara Montero
Tamara Montero CUATRO VERDADES

OPINIÓN

El direnctor de cine Álex de la Iglesia.
El direnctor de cine Álex de la Iglesia. Sergio Barrenechea | EFE

30 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Quizá entre la niebla que cambió Pedraza para siempre permanezca todavía, borrosa, la imagen que hasta ahora había acompañado el inicio de noviembre: la fricción perseverante de un estropajo contra la piedra pulida que se empeña en recordar un olvido impuesto por la fugacidad humana. El terror campa a sus anchas donde antes habitaba la cotidianeidad de la muerte y el perfume de los centros de Difuntos recuerda más a Elm Street que a Flores Carmiña. En pleno 2023 el billete a un pueblo sin AVE en el que Álex de la Iglesia ha dibujado un infierno cuesta 30 monedas. Y es ahí, en la intersección del catálogo de género oscurantista de tal o cual plataforma, cuando cabe preguntarse si el auténtico terror es la fantasía desmesurada que mezcla la panadería de Sepúlveda con un videoclip de Marilyn Manson o si en realidad, el auténtico miedo se esconde en el trasunto colorido y noventero de un grupo femenino de música cristiana. Si da más miedo la invocación satánica de las reliquias de Judas o el pánico surge de la imagen de una madre a la que acabó de astillar un fanático religioso que, en pos de la supervivencia, se bautiza Mesías y quiebra una por una a las hijas (y el hijo) que nunca ha podido amar porque nadie le ha enseñado a quererse a sí misma. ¿No son acaso más pavorosas las consecuencias de un maltrato normalizado que el estallido del apocalipsis en un pueblo de Segovia?