CEDIDA

04 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Pasé el fin de semana releyendo al gran Julio Camba, ilustre arousano que siempre resulta elegante, agudo e ingenioso en sus artículos.

Camba pertenece a esa generación de la posguerra que hizo del artículo de prensa una joya literaria. Precisamente por tener que escribir en tiempos tan oscuros, ellos crearon un estilo singular que solo se dio en España; en ningún otro país europeo ni hispanoamericano, el género alcanzó las cotas de agudeza e ironía descriptiva de lo cotidiano.

Vean como ejemplo un fragmento del artículo publicado en una recopilación de artículos de viajes (La rana viajera) y díganme si no tiene capacidad de observación.

En Los políticos dice que Galicia es una tierra de sardinas y políticos. Las sardinas nacen unas de otras, y los políticos, también. Para ser un político gallego, lo primero que se necesita es ser pariente de otro político gallego. El hijo de un gran político gallego tiene, desde su nacimiento, categoría de ministro; el sobrino tiene categoría de subsecretario o director general, y así sucesivamente. Y cuando uno no es hijo ni sobrino de ningún político gallego, entonces tiene que emparentar con alguna de sus hijas o sobrinas. Huelga decir que a los que emparentan por este procedimiento se les llama parientes políticos.

En La raza y contestado a un nacionalista que le interpeló:

—«Usted también es celta».

—«No —le respondió—. Yo no soy un celta, acaso lo fuera en épocas remotas. Si yo fui celta, este fausto suceso me aconteció mucho antes del imperio romano y, desde entonces a hoy, es posible que haya sido también un godo, un fenicio o un moro. Los irlandeses se las echan de celtas puros y, sin embargo, yo me siento mucho más afín a un madrileño que a un irlandés». ¡Grande Camba!