Y no sabe inglés

Manuel Blanco Desar ECONOMISTA

OPINIÓN

María Pedreda

08 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Los españoles están acomplejados con el inglés. Tengo observado que esto no pasa con alemanes ni franceses. Es más, quienes deseamos una Europa más unida, federal e integrada no podemos ignorar que nuestra ciudadanía es diversa y que los tiempos del ordeno y mando lingüístico ya han pasado, por fortuna. Sucedía en el XIX y es improcedente en el XXI. Además, pronto lo va a solventar la inteligencia artificial asiática y estadounidense con un micro-pinganillo y un móvil, admitiendo incluso variantes regionales. ¿Quiere comunicarse en alemán bávaro o sajón? Feito.

No hace mucho, en una de esas reuniones tecnocráticas de Bruselas, me tocó enfrente la representante austríaca. Se estropeó el sistema de interpretación y, aunque mi alemán está muy oxidado, enseguida capté la protesta: no seguiría hablando mientras no hubiese interpretación activa y pasiva al alemán —sin variante austríaca—. El presidente del comité, un húngaro, dijo que bueno, que podíamos continuar. Entonces la señora austríaca, en un perfecto inglés, manifestó que no seguiría interviniendo. La dignidad y la igualdad de armas en la negociación ante todo: Menschenwürde und Waffengleichheit in Verhandlungen. Creo que es así.

Nuestro pueblo, el pueblo europeo, merece respeto en su diversidad. Unida en la diversidad es la leyenda de nuestra Unión. Ya bastante hemos sufrido por la uniformidad napoleónica y del kaiser. De manera que cuando un pijín afea al hijo de un trabajador que no sabe hablar bien inglés dan ganas de vomitar, más que nada porque el trabajador no pudo pagarle inmersiones en Londres o enchufarlo como asistente remunerado de un eurodiputado o un embajador amigo.

El inglés no es idioma oficial de la UE, salvo por la anomalía irlandesa —que coló su gaélico, dado que el inglés ya constaba por lo british— y por la anomalía maltesa —que coló el maltés, y así media isla debe cobrar como empleado de la Unión por lo pocos que son y la cantidad de choios que se reservan en el entramado—. Sea el inglés lengua franca internacional por comodidad, y de hecho el que hablamos entre alemanes y españoles poco se parece al que hablan los de Londres con los de Dublín. Pero no seamos como esos repelentes personajes de las novelas rusas, que usaban un francés deturpado para creerse superiores a sus menestrales. Es de fatuos, ágrafos o plagiadores por encargo. Que cada europeo hable como pueda y quiera es la base de nuestra unidad. Por cierto, a fatuos y talibanes les recomiendo ojear el Reglamento UE 2018/1724, que cuela por detrás el inglés en la Pasarela Digital Única de la Unión. It's a shame, mon Dieu.