A los 19.158 de Jácome

Fernanda Tabarés
Fernanda Tabarés OTRAS LETRAS

OPINIÓN

Miguel Villar

31 may 2023 . Actualizado a las 16:41 h.

Nos perdemos hoy una disección emocional quirúrgica de los 19.158 ourensanos que el domingo apostaron por Democracia Ourensana. ¿Qué pensarán? Insisto en lo de emocional, porque confiar de tal manera en un señor como Jácome y desoír la casquería sonrojante de esos audios en los que traza el planisferio de su territorio político tiene que responder a un espasmo anímico en el que Jácome triunfa por ser el pícaro menor en una fábula llena de tunantes que daría para un éxito en la quincena de realizadores de Cannes, pero desalienta para todo lo demás. A estas alturas, parece que los ourensanos votan al actor que más les entretiene, el más estrambótico de un casting que parece una parada de monstruos políticos difícil de mejorar. Porque la cosa local se ha convertido en un desagradable sainete con líneas de diálogo alucinantes, mercadeo de coimas y cargos públicos, sorteo de multas a las hijas de los chóferes, hermanos que cortan grifos si no reciben 8.000 euros y un sinfín de barbaridades antidemocráticas con pinta de ser muy poco legales que empiezan a parecer la cochambre de una ciudad fallida.

Los grandes protagonistas de la política en mi ciudad valen hoy para que los votantes se sienten en el sofá, saquen las palomitas del micro y disfruten con la última trapallada del fresco de turno, para seguir con sus vidas cuando a las 7 de la mañana les vuelva a sonar el despertador. La vida real está en otro sitio, no en las instituciones ni en quienes las ocupan. Hay un material impagable para hacer una versión local de la serie Vota Juan o una adaptación miñota de Borgen, desbordadas las dos series por una realidad que, ojo, no se puede apagar con el mando a distancia. Y qué desgracia.