Jácome, cuidémonos de los personajes pintorescos

Fernando Hidalgo Urizar
Fernando Hidalgo EL DERBI

OPINIÓN

Jácome, durante su rueda de prensa de este miércoles
Jácome, durante su rueda de prensa de este miércoles MIGUEL VILLAR

11 may 2023 . Actualizado a las 17:06 h.

Gonzalo Pérez Jácome se está convirtiendo en una de las estrellas de la campaña electoral. Los comprometedores audios que han trascendido le colocan en una posición delicada y, probablemente, bajo el ojo de la justicia.

Ayer, salió a la palestra para defenderse y no dejó títere con cabeza. Teorías conspiranoicas, acusaciones sin fundamento ni pruebas, películas de espías... Asegura que se pusieron micrófonos en sus dependencias municipales, acusa a medios de comunicación de ir contra él por intereses espurios y carga contra alguna empresa por actuar como un poder fáctico. En definitiva, se presenta ante la ciudadanía como la última frontera entre la corrupción y la ciudad de Ourense. Se califica a sí mismo como una especie de héroe que ha logrado paralizar el saqueo de su ciudad, un adalid de la gestión honesta y un político incorruptible que no se vende al mejor postor. ¡Dios salve a Jácome!

La realidad es que este alcalde no tiene un pase si es analizado desde un punto de vista civilizado. Pero no debemos olvidar que acabó de primer edil por las complejas circunstancias que se dieron en la ciudad de As Burgas y porque obtuvo en las elecciones nada más y nada menos que siete concejales, que vinieron a ser un total de casi doce mil votos. Jácome no surge por generación espontánea. Tiene el respaldo de una importante cantidad de votantes, que han decidido que esta persona es la adecuada para dirigir los intereses comunitarios. Donde muchos ven a un ser extraño, otros observan en él cualidades suficientes para poner en sus manos la manija de su ciudad.

Pero la coincidencia generalizada es que estamos ante un tipo, cuando menos, pintoresco y hasta cierto punto extravagante. Y es su propia extravagancia la que le lleva a enfrentarse a todos y a dar la nota casi a diario.

Su peculiar personalidad tiene un punto de atractivo en un sector de la población que tal vez se encuentra cansada de lo de siempre o que simplemente está enfadada porque sus circunstancias no son precisamente felices. Jácome sería entonces un asidero contra una cierta frustración.

Pero apostar por esta forma de ser tiene sus riesgos. Los efectos secundarios de una gobernanza «de aquella manera» pueden ser demoledores. El daño institucional que puede causar Gonzalo Pérez Jácome a la ciudad es incuantificable y aunque a algunos les guste como se maneja el alcalde, la realidad es que la imagen de Ourense queda malparada.

Lo principal, ahora, es saber si esos audios abren de verdad la puerta a algún tipo de ilícito penal. Y esto no es ningún chiste, por mucho que la actuación del líder de Democracia Ourensana les haga gracia a algunos. La cuestión es saber si el alcalde es honesto y no la cortina de humo que ha pretendido echar sobre su asunto.

Cuidémonos de los personajes pintorescos.