Discreción, estrategia y tanques

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

FRIEDEMANN VOGEL | EFE

03 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Los últimos avances tecnológicos, sobre todo en lo que llevamos de siglo, han propiciado grandes cambios sociales. La facilidad con la que podemos conectarnos con nuestros congéneres en cualquier parte del planeta y la inmediatez con la que obtenemos información tienen muchos aspectos positivos. Desde la facilidad con la que accedemos al conocimiento, propiciando no solo la educación a distancia sino también las consultas, pruebas e intervenciones médicas con ayuda de robots de gran precisión, el desarrollo tecnológico ha mejorado sustancialmente la vida de muchas personas. Buena prueba de ello ha sido el intenso intercambio científico que ha facilitado el rápido desarrollo de varias vacunas contra la pandemia del covid?19.

Pero, como todo lo creado por el hombre, la tecnología también es susceptible de ser utilizada de manera perjudicial. Desde el acoso a los niños y jóvenes en las redes sociales, pasando por las estafas económicas o la pornografía infantil hasta las noticias falsas que pueden destruir la vida o carrera de una persona, la red de redes puede ser un instrumento criminal de lo más efectivo y cruel.

Como también puede serlo el exceso de información sobre conflictos como el de Ucrania, y cuando digo exceso me refiero a la reiteración en el tratamiento de algunas cuestiones. Obviamente, mantener esta guerra en las cabeceras de los informativos evita que caiga en el olvido y favorece el apoyo constante a Ucrania. Pero, por el contrario, puede perjudicar al factor sorpresa en la ejecución de los planes estratégicos militares colaborando a la prolongación del enfrentamiento, tal y como ha sucedido con las negociaciones sobre el suministro de tanques a Kiev. Cierto que el acceso a ellos puede inclinar, a medio plazo, la balanza a favor de los ucranianos, pero también permitirá que los rusos se adapten. Hoy en día, espiar no es lo que era. Ya casi nada permanece oculto al seguimiento vía satélite, por eso, quizá, ser más discreto y volver a las viejas tácticas no solo nos permita seguir utilizando y potenciando nuestro cerebro, sino también ganar la guerra.