Todo esto nos suena

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

HANNIBAL HANSCHKE | EFE

11 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Llevamos media vida mofándonos de la astracanada de Tejero y cien más en el Congreso español y ahora resulta que Alemania se enfrenta al mismo problema. Ni al escritor más imaginativo se le hubiera ocurrido levantar un argumento sobre la posibilidad de que, en la gran potencia europea, unos descerebrados planearan entrar por la fuerza en el Bundestag, para imponer un nuevo orden político. Porque no hubiese vendido ni un ejemplar. Por descabellado.

Y sin embargo ahí están los 25 detenidos por planificar un golpe de estado, dando vida al grupo de extrema derecha Ciudadanos del Reich que cuenta con 21.000 asociados y que ya es considerado un movimiento terrorista. Quieren regresar el Reich porque el país está siendo gobernado fuera de todo control democrático. No reconocen los partidos, la Constitución, ni las fronteras y niegan la legitimidad de los representantes políticos elegidos democráticamente. Esto nos suena. De igual forma, los detenidos buscaron apoyos con el Gobierno ruso. Esto también nos suena. Detrás del grupo disuelto no están solo los golpistas. Malestar social, dificultades económicas, carencias energéticas, apoyo a Ucrania, acogida de inmigrantes y la política exterior alimentan el monstruo neofascista, con la inestimable ayuda de las redes sociales. Sigue sonándonos esto. Neonazis, antivacunas, conspiranoicos y lo que llamamos nueva derecha, entre otros, apoyan el disparate de distinta forma. Pero apoyan. Y ven que con envidia a EE.UU., Brasil, Polonia, Hungría, Italia, Austria y mil sitios más. También esto nos suena.

No es precisamente Alemania un país dadivoso con la extrema derecha. No hace mucho expulsó a la neonazi Isabel Peralta por llevar una esvástiva. Solo por eso. Y detuvo a dos turistas chinos por hacer el saludo nazi. Conocen bien los alemanes los problemas que entrañan los grupos ultras y de ahí que los combatan sin piedad. Porque estos extremistas son una amenaza real. Se sienten legitimados al aceptar y normalizar sus discursos las instituciones y la sociedad. Hay que ser combativos. No podemos permitir que nos apabullen con sus ideas incendiarias. Ni consentir que los que viven bajo el disfraz de demócratas alimenten el monstruo. Porque puede acabar por devorarnos. Y todo esto nos suena.