Los precios y las escaleras

Pedro Armas
Pedro Armas PROFESOR DE LA UDC

OPINIÓN

Javier Cebollada | EFE

09 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Nos explican bien por qué suben los precios y mal por qué no bajan. Nos hacen ver que lo importante es la inflación subyacente. Para calcularla eliminan los productos con precios más volátiles, nada menos que los alimentos frescos y los suministros energéticos, porque dicen que están al vaivén de la estacionalidad y de la geopolítica.

La inflación general interesa a los consumidores, la subyacente interesa a los bancos. A los primeros preocupa el corto plazo, a los segundos el plazo medio-largo. En casa cabrean las facturas, en el banco molestan las colas de ventanilla para pagar recibos.

Los adjetivos yacente y subyacente se usan poco. Yacente es el que yace; el que está echado; se dice del cadáver que está en la fosa, del que tiene trato carnal con otro. Hoy en día se usan términos más coloquiales, más vulgares, lo cual no quiere decir que ahora se yazca menos que antes. Subyacente solo se suele utilizar vinculado a inflación. Sin embargo, hay momentos en los que la inflación subyacente tiene a muchos, a casi todos los hipotecados, tan yacentes que no levantan cabeza, pues los tipos de interés marcados por los bancos centrales repercuten sobre la vivienda, un bien inmueble básico.

Aunque la oposición diga lo contrario, los datos y las comparaciones con otros países del entorno indican que el Gobierno lo ha hecho bien en materia de inflación. Los consumidores tienen la percepción de que los precios se han disparado, a pesar de que en los últimos meses están más controlados porque se han aplicado medidas específicas sobre la energía (excepción ibérica) o la gratuidad de ciertos transportes públicos. Se ha frenado la inflación, también la subyacente, pero las empresas, que han subido los precios para mantener sus márgenes de beneficio, alegando mayores costes energéticos, y los bancos, que han subido los tipos, no van a bajarlos automáticamente. Se ve que es más fácil subir que bajar los precios, al contrario que las escaleras.