Loción versus la caspa

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

OSCAR MORENO

01 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

H ace veinte años mostrábamos en esta columna nuestra impresión de que el creciente uso de la voz versus en la prensa y en textos jurídicos impulsaba su candidatura a formar parte del repertorio léxico del español más ortodoxo, que viene a ser el que recoge el diccionario de las academias. No había que ser muy listo para predecir lo que llegó después. En el 2005, el Diccionario panhispánico de dudas señalaba que «esta preposición, que en latín significaba ‘hacia’, adquirió en el lenguaje jurídico inglés, ya en el siglo XV, el valor de ‘contra’, y con este sentido se usa frecuentemente en el español de hoy». Aunque no censuraba su empleo, recomendaba sustituirlo por contra o por frente a.

En el 2009, la Nueva gramática de la lengua española amplió la lista de preposiciones con cuatro voces: durante, mediante, vía y... versus. De esta señalaba: «La preposición latina versus ‘hacia’ se ha reintroducido recientemente en español a través del inglés. Equivale hoy a contra en unos contextos y a frente a en otros. Si bien no se considera incorrecta, en ambos casos se sienten por más adecuadas estas otras partículas». La bendición, hecha con cierta timidez, adquirió solemnidad apenas un lustro después con el ingreso en el Diccionario. Este indica que el español toma esta preposición del inglés versus, y este del latín versus ‘hacia’. Sin embargo, el DLE no recoge esa acepción, sino solo la de ‘frente a, contra’. Con ese sentido prolifera hoy en títulos de periódicos («Vinicius versus Williams», «Emergencia social versus emergencia volcánica»), así como en textos científicos y en el lenguaje forense.

Este reconocimiento del versus ‘frente a, contra’ choca con el rechazo de algunos personajes que han tenido gran influencia en la Academia, como Cela y Lázaro Carreter. El primero aclaraba que en su novela Cristo versus Arizona empleaba versus en su «real significado» de ‘hacia’, no con el de ‘contra’. Más duro fue Lázaro Carreter en un artículo publicado el 18 de abril de 1985 en La Voz de Galicia, cuando era director de la Academia Española: «No hay novedad más imbécil que este versus, y, por tanto, más necesaria para los imbéciles. Advierto que este último adjetivo no constituye, en mi ánimo, una injuria, sino un diagnóstico». Si levantase la cabeza y viese el panorama, se volvería a su tumba, y eso que aún no hemos llegado a los usos de versus que él más temía, como «loción versus la caspa» o «versus viento y marea». Pero todo se andará.