Rutinas de vuelta al cole

Silvia Camino PSICÓLOGA Y MAESTRA DE PRIMARIA

OPINIÓN

MARCOS CREO

13 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Afrontar la vuelta al cole supone un desafío para padres y madres: preparar material y uniformes, reuniones de inicio de curso, ajuste de horarios para conseguir la mejor forma de conciliar…. Todo esto, muchas veces unido a la vuelta al trabajo de los papis, puede hacer que vivamos momentos de estrés, que de forma más o menos inconsciente transmitimos a nuestros hijos, incrementando la ansiedad que por sí mismos ya pueden estar experimentando.

Existen ciertos temores que son propios de cada etapa evolutiva, y que pueden influir en que esta ansiedad sea más intensa. Por ejemplo, entre los 0 y los 5 años es muy habitual que los niños y niñas sientan miedo ante personas extrañas y a separarse de su figura de apego (lo que se denomina «ansiedad por separación»), y entre los 6 y los 12 años es habitual que experimenten momentos de ansiedad en relación con sus iguales.

Las emociones se entremezclan, pasando por la alegría por volver a ver a los amigos y amigas, la desgana de los madrugones, la tristeza por dejar atrás las vacaciones y la incertidumbre ante lo que les espera en el nuevo curso.

La ansiedad infantil en estos casos suele ser una respuesta de los niños y niñas ante pensamientos que les suscitan sobre todo miedo, situaciones para las que no se sienten preparados.

Como padres, podemos dotarles de los recursos necesarios para que aprendan a utilizar esa ansiedad a su favor, a relacionarse con ella de manera diferente. Manejemos algunos.

Primer recurso: afrontamiento emocional. En lugar de hacer como si no pasara nada, coger el toro por los cuernos, es decir, centrarse en lo que le hace sentir la situación. Habla con tu hijo o hija de cómo se siente, ayudándole a integrar esa emoción a través de la comprensión, la empatía y la transmisión de seguridad.

Segundo: aumenta su confianza. Saber qué va a ocurrir nos ayuda a sentir menos incertidumbre y a automatizar procesos, con lo que optimizamos nuestra energía. Pasear por los alrededores del cole días antes de comenzar, quedar en el parque con amigos y amigas de su clase, explicar situaciones a través de muñecos o imágenes… puede ayudar a reducir su inseguridad.

Tercero: fomenta la cooperación. Hazle partícipe de los preparativos del cole, yendo a comprar juntos los materiales, forrando y etiquetando los libros… y permitiéndole elegir según sus gustos. De esta manera, generará una expectativa positiva hacia la vuelta al cole, además de fortalecer su autoestima.

Cuarto: afrontar un gestión eficaz del tiempo. La estimación del tiempo aumenta el control percibido del tiempo, lo que a su vez disminuye la respuesta de estrés. Evita las prisas mañaneras acudiendo al cole con tiempo y tranquilidad.

Quinto: sé su ejemplo de inteligencia emocional. Tener las referencias de unos cuidadores emocionalmente competentes hará que la experiencia emocional del niño sea más adaptativa, y que no se sienta avasallado por las emociones.

Sexto: es muy importante detectar las fortalezas del niño. Porque identificar y ayudar a nuestros hijos a la expresión sana y equilibrada de sus fortalezas puede ayudar, no solamente a determinar cuál es su tendencia de acción, sino a reconocer en cuáles podemos apoyarnos para trabajar su gestión emocional.

¡Feliz vuelta a la rutina!