Sobre los tipos de interés

Enrique Tellado Nogueira ECONOMISTA. CONSEJERO DE IBERSYS, PLEXUS, BYSIDECAR Y HOLALUZ. FUNDADOR DE ROURACE.COM

OPINIÓN

WOLFGANG RATTAY | REUTERS

03 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Me imagino en mi clase en la universidad, hace ya casi tres décadas, preguntando al profesor de Macroeconomía sobre qué impacto podría tener la aplicación de una política de tipos de interés negativos… En ese momento, la más que probable respuesta habría sido: «Eso es imposible». Pues unos años más tarde acabó siendo realidad y no de forma anecdótica, sino que durante unos 8 años el BCE ha mantenido los tipos por debajo de cero, una situación anormal y poco estudiada, que ahora toca afortunadamente a su fin.

En general los economistas tienden a sentirse más cómodos en entornos de normalidad, que pueden ser predecibles (independientemente de que luego las predicciones no se cumplan). También suele ser más sencillo tomar decisiones sobre escenarios que ya se han producido en el pasado. Los últimos 8 años han sido un gran experimento del que aún está por ver cómo saldremos.

Por lo pronto, el BCE ha tomado una decisión calificada de inesperada no tanto por el movimiento en sí, que ya se descontaba en los mercados, sino por la magnitud del mismo. En mi opinión, la sorpresa viene más bien de lo que se ha tardado en tomar la decisión, puesto que los indicadores para adoptarla hacía tiempo que estaban disparados y la magnitud no debería sorprendernos a la vista de los movimientos de otras autoridades monetarias más audaces. Vean sino cómo la Reserva Federal americana actuó con anticipación y firmeza (tratando de controlar la inflación que no paraba de subir).

En el corto plazo se verán beneficiados los ahorradores, que encontrarán dónde ubicar sus ahorros con algo de rentabilidad (inflación mediante), y perjudicados los hogares con hipoteca a tipo variable (menos populares desde el año 17). Me llama la atención que se ponga el foco solamente en el impacto de la subida de tipos en las hipotecas, teniendo en cuenta que son solo el 30 % de los usuarios de vivienda los que pagan hipoteca en la actualidad y que como digo, un volumen importante está ya a tipo fijo. Otros impactos pueden ser mayores y más preocupantes.

Será más difícil acceder a financiación, para familias y para el Estado, y esta será más cara. En casos como España, con una deuda elevada y con pocas esperanzas de que se reduzca en el corto plazo, esto es un mazazo al presupuesto, pues habrá que dedicar más dinero a pagar intereses y menos a otros gastos corrientes. Es un buen momento para replantearse determinadas políticas caras e ineficaces y recortar en lo superfluo o anormalmente engordado en los años de abundancia del dinero barato.

Si hoy, 30 años después y tras un experimento de 8 años, vuelvo a preguntar a mi profesor sobre el impacto de los tipos negativos en la economía, creo que la mejor respuesta sería «a la gallega»: Aún está por ver el impacto, inicialmente parece que ha crecido la actividad económica, pues el empleo crece (marginalmente), se ha generado una inflación súbita y desbocada, que veremos el esfuerzo necesario para controlarla, y aparentemente dará paso a una recesión. La profundidad y duración de esta será la clave del asunto. Un escenario, de nuevo, difícil de pronosticar. Dirán que esto ha sido la guerra de Putin, pero yo creo que no.