Impredecible Puntin

Carlos G. Reigosa
Carlos G. Reigosa QUERIDO MUNDO

OPINIÓN

DPA vía Europa Press | EUROPAPRESS

09 may 2022 . Actualizado a las 16:05 h.

Quizá uno de los más lúcidos análisis sobre Vladimir Putin se lo debemos al gran maestro de ajedrez Garri Kasparov, trece veces campeón del mundo, quien ha asegurado que «a Putin no le gustan las reglas» y que «es el momento de que Europa deje de jugar partidas con él», porque, como sucede en el ajedrez, no puede haber tablas: «O Putin pierde, o pierde Occidente». Según Kasparov, Putin «no es un jugador de ajedrez, es un jugador de póker. Y espera engañarse a sí mismo para ganar con una mano débil. ¡Debe fallar!» Y, por si quedase alguna duda, advirtió: «No pueden dejarle ganar por las consecuencias que eso puede traer». En este sentido, lo acusó de belicoso y de amenazar con «ataques relámpago» a Occidente en caso de injerencia en sus propósitos.

Kasparov, nacido en 1963 en lo que ahora es Azerbaiyán, tiene desde el 2004 la nacionalidad croata y siempre se manifestó muy crítico con Putin y sus equipos de Gobierno, con los que controla todos los poderes. Porque, como es natural, el líder ruso tiene firmes adeptos que valoran su determinación y su negativa a ceder en cualquier terreno. Por ello, sus amenazas de «ataques-relámpago» y otras manifestaciones de fuerza son muy favorablemente acogidas entre los suyos.

El exministro de Asuntos Exteriores García Margallo, ahora diputado en el Parlamento Europeo, ha manifestado que «Putin tiene todas las características de un psicópata que no distingue el bien del mal». Es su forma de verlo, pero no es la valoración predominante en Rusia. Porque Putin siempre se manifiesta como el garante de la gran potencia que fue la URSS y que ahora intenta reeditar con Rusia y sus adláteres. Una ecuación que EE.UU. y la UE deben tener muy presente.

El presidente de EE.UU., Joe Biden, ha dicho que Putin acabará siendo «un paria internacional», pero no explicó cómo ocurrirá. Hitler quiso recuperar los territorios perdidos por Alemania en la I Guerra Mundial, y Putin quizá intenta recuperar la URSS. Pero nada de esto es fácil de lograr porque el pasado tiende a alejarse y el futuro se reinventa hasta generar un nuevo presente. En ello está Putin, pero también China y, desde luego EE.UU. y la UE. Habrá un futuro, pero todavía no sabemos cómo será.