Lo vulgar

José Francisco Sánchez Sánchez
Paco Sánchez EN LA CUERDA FLOJA

OPINIÓN

CLEMENS BILAN | EFE

30 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El libro de los Proverbios dice que los soberbios (perdón por la rima) se pasan la vida discutiendo. Y tiene sentido, ¿cómo se van a poner de acuerdo si requiere dar la razón al otro? Ocurre en cualquier ámbito familiar, político o profesional. Me cuentan de un amigo que llegó a decir en un acto público: «Entre mis muchos defectos, no figura la humildad». La frase me hizo reír y quizá de eso se trataba. La gente que hace reír casi siempre es humilde. Esta semana tuve que entrevistar a decenas de alumnos latinoamericanos que han solicitado plaza en el MPXA. Candidatos excelentes que nos dejan doloridos porque no podemos aceptarlos a todos. Varios habían completado estancias de intercambio en universidades europeas. Les pregunté si habían estudiado mucho en esos períodos. Respondían, especialmente los argentinos, con explicaciones largas y casi inverosímiles. Hasta que una, también argentina, a la pregunta sobre si había estudiado mucho en Hamburgo contestó con un simple «no» mientras retiraba la vista de la cámara. Tan inesperada fue la respuesta que se me escapó una carcajada acaso excesiva.

Unas semanas atrás, José Antonio Montano citaba unas líneas de Nietzsche sobre la educación de la mirada y del juicio para escapar de la vulgaridad: «Aprender a ver, habituar el ojo a la calma, a la paciencia, a dejar-que-las-cosas-se-nos-acerquen; aprender a aplazar el juicio. Esta es la ‘primera’ enseñanza para la espiritualidad: no reaccionar enseguida a un estímulo […] Toda vulgaridad descansa en la incapacidad de oponer resistencia a un estímulo».

Buen resumen para un plan de mejora personal, que también serviría para inspirar un programa educativo de excelencia.

@pacosanchez