¡No tires de la cadena!

Sabela Barreiro García ARQUITECTA ESPECIALIZADA EN SOSTENIBILIDAD

OPINIÓN

María Pedreda

30 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La vida son ciclos: las hombreras que se vuelven a poner de moda, la crisis económica que se repite solo una década después, el ciclo lunar, el menstrual, los hijos quejándose de los padres que se convertirán en padres y lo verán desde el otro lado, el sol saliendo cada día...  Y también, y solo gracias a la arquitectura sostenible y el desarrollo regenerativo, las heces que se convierten en alimento.

Estamos malamente acostumbradas a tirar de la cadena y no pensar demasiado en a dónde van a parar esas cosas de ahí abajo. Muy fácil, con suerte terminarán en una depuradora. Residuos mezclados que hay que separar y cuyo proceso es, además de costoso, contaminante. No es agradable hablar de caca, pero es un problema del que va siendo hora de hacernos responsables... ¡la generamos nosotros! No es un plástico de un solo uso que decidimos evitar o ropa de primera mano que ya no compramos. Como hay que comer, hay que evacuar.

Por eso la permacultura no deja escapar la oportunidad de tener compost gratuito y de proximidad. Hablamos del váter seco que no solo ahorra al planeta el escandaloso gasto de 6 litros por cada uso, sino que nos permite recolectar y almacenar nuestras deposiciones por separado. Funciona como un inodoro al uso, excepto que hay que atinar un poco para que los líquidos y los sólidos caigan en depósitos diferenciados. Una vez que la gravedad ha hecho su trabajo toca ponerse manos (y guantes) a la obra.

La orina es el fertilizante para alimentar a las plantas de tu jardín. Las boñigas serán el suelo fértil del que brotarán verduras y hortalizas en el huerto. La historia cíclica continúa así: cosecharás esos alimentos para preparar platos deliciosos en los que tú has participado activamente y, una vez más, volverás al punto de salida: al váter seco. Es verdad que cuesta imaginarse este aparato en funcionamiento en un bloque de vivienda en mitad de una gran ciudad pero el conocimiento es poder, así que si tu idea es volver a los orígenes y vivir en el campo... no lo descartes. ¿Quién te iba a decir que de tus desechos podrías sacar provecho?