El automóvil como cultura

Javier Armesto Andrés
Javier Armesto CRÓNICAS DEL GRAFENO

OPINIÓN

Luis Tejido | EFE

07 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El Guggenheim de Bilbao inaugura mañana la exposición Motion. Autos, Art, Architecture, comisariada por Norman Foster. La muestra celebra la dimensión artística del automóvil, vinculándola con los ámbitos paralelos de la pintura, la escultura, la arquitectura, la fotografía y el cine. Obviamente, uno de los grandes reclamos serán los cerca de cuarenta vehículos que se podrán admirar, una selección de los mejores de cada clase en lo que respecta a belleza, singularidad, progreso técnico y visión de futuro. La exposición durará hasta el 18 de septiembre y estoy seguro de que será un éxito de público, e incluso puede que marque un récord de visitantes.

Coincide esta muestra con el reciente anuncio de que por fin este año se abrirá el Museo de la Automoción e Historia (MAHI), impulsado por la Fundación Jorge Jove. Lo hará en un polígono industrial de Arteixo, después de que durante años sucesivos gobiernos locales y autonómicos no supieran ver el increíble patrimonio que atesora esta colección y su capacidad para aportar valor y atractivo turístico a una ciudad. Estamos hablando de más de 400 vehículos históricos, incluyendo las que probablemente son las mejores recopilaciones de Pegaso e Hispano-Suiza. Óscar Ayerra desgrana cada mes en el suplemento ON de La Voz la historia y las singularidades de estas joyas del motor, que ocuparán una superficie de 12.000 metros cuadrados. Para que se hagan una idea, el Museo Internacional del Automóvil de Ginebra, uno de los más importantes del mundo, cuenta con 14.000 metros cuadrados y también unas 400 piezas.

En Galicia hay otra colección extraordinaria, la que conserva el empresario Manuel Ferreira en una nave de Mos (más de un centenar de vehículos), y que complementaría de manera magistral al MAHI, ya que en este tienen mucho peso los albores de la automoción y aquella se enfoca más a coches deportivos de la segunda mitad del siglo XX. El mundo del motor levanta pasiones en esta comunidad y forma parte de su historia, con nombres imprescindibles como Eduardo Barreiros. Imaginen un museo con esas dos colecciones en ese puerto de A Coruña que nuestros políticos no saben muy bien cómo llenar y al que cada año llegan en crucero decenas de miles de turistas.