El camarote de los Marx

Carlos G. Reigosa
Carlos G. Reigosa QUERIDO MUNDO

OPINIÓN

BENITO ORDOÑEZ

15 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace año y medio Felipe González se quejaba públicamente de que, con la llegada de Pedro Sánchez a la secretaría general del PSOE, habíamos entrado en una dinámica que se parecía mucho «al camarote de los hermanos Marx», en el que, cuando uno proponía algo, otro gritaba: «¡Y también dos huevos duros!». La frase se hizo célebre por su gracia y por lo que tenía de descripción de la realidad. Eran unos momentos en los que a Felipe no le gustaba el rumbo del PSOE que él había liderado con gran éxito durante muchos años, y menos aún le gustaba la proximidad de un Pablo Iglesias desafiante y perturbador.

Pero el tiempo no pasó en vano y Felipe González dejó de manifestarse crítico o discrepante, quizá solo para evitar tensiones dentro del propio PSOE o alegrías en otros partidos. Pero ahora ha tomado de nuevo la palabra para matizar que la actual promesa socialista de que «nadie se va a quedar atrás» es una propuesta no proactiva de acción gubernamental que la gente recibe pasivamente. Y recordó el mensaje de 1982 del PSOE que él nos dirigió: «Entre todos saldremos de esta crisis», que era una propuesta proactiva de compromiso de todos y una expresión clara de solidaridad ciudadana.

El expresidente no se ha sumado a otras críticas que se le están haciendo ahora a Sánchez y que son variadas y abundantes. Pero también es cierto que el actual presidente aceptó lidiar con una multitud de socios difíciles de conciliar, porque cada uno comparece con sus ideas muy claras sobre la tajada que demanda en cada acuerdo.

El balance no es el ideal, pero tampoco es enteramente rechazable. A trancas y barrancas, nos hemos ido liberando de la peste vírica, sin que se descompusiesen los ejes esenciales de la economía y del orden social. Y esto es obvio que no lo ha hecho solo Sánchez, sino sobre todo una sociedad madura y avanzada en la que, entre todos, hemos acertado a no extraviarnos en el «camarote de los hermanos Marx». Quizá esto es lo que está reconociendo Felipe González con su silencio sobre otras cuestiones.

Criticar la gestión anti-covid sería fácil, porque hubo muchos fallos y demasiadas escenificaciones oportunistas y desafortunadas. Pero la realidad que importa es el balance final, claramente positivo…, si no se viene abajo nada de lo ya construido.