Leí hace poco que Pedro Sánchez estaría «en caída libre», según su exgurú Iván Redondo, quien, al parecer, ahora mantiene contactos con la vicepresidenta Yolanda Díaz para preparar el futuro proyecto político de esta. Pablo Iglesias, nunca retirado del todo, parece ver con buenos ojos este proceso. Lo cual retrotraería el circo político a sus propios orígenes. Mientras, Redondo cuenta ya con biografía, escrita por Toni Bolaño.
¿Es un genio Iván Redondo? Parece haberse acreditado como un asesor solvente en su tiempo en La Moncloa, pero aún no han trascendido las verdaderas razones por las que Sánchez decidió prescindir de él. Lo que sí se ha difundido es que, desde que dejó La Moncloa, podría haber comenzado a asesorar a la vicepresidenta Yolanda Díaz, con la que, al parecer, «habla mucho», según se ha publicado. ¿Qué quiere decir todo esto?
No parece que se trate de una colaboración política contractual o fija, pero pudiera acabar siéndolo. Y esto es lo que alimenta la curiosidad política de sus entornos. Porque muchos sospechan que Iván Redondo es demasiado joven para retirarse de algo que, según acreditó, lo apasiona mucho. Y quizá a Yolanda Díaz le interesa profundizar en unas recientes afirmaciones de Redondo: «El elector progresista apoya una socialdemocracia de izquierdas» y «para que haya igualdad debe haber antes trabajo».
Creo que es prematuro ir más allá, como han hecho algunos. Pero es cierto que las afirmaciones sobre un «nuevo laborismo» como horizonte, sí que aproximan a Yolanda Díaz y al exgurú de Sánchez. Lo cual no quiere decir que hayan acordado una colaboración directa. Quizá es solo en el ámbito conceptual en el que se están desarrollando estas aproximaciones. En este ámbito Redondo no es un apoyo desdeñable, porque sabe de lo que habla: ¡nada menos que de pintar un horizonte neolaborista!
Llevar más lejos las especulaciones carece de sentido. Redondo no es el genio de la lámpara de Aladino, pero sabe de lo suyo. Y es razonable que Yolanda Díaz hable con él. Pero, de momento, señor Sánchez, no parece que la cosa haya pasado de ahí, ni que usted esté ante una inminente «caída libre». El tiempo lo dirá.