Trae tu propia botella

Mariluz Ferreiro A MI BOLA

OPINIÓN

ANDY RAIN

16 ene 2022 . Actualizado a las 09:37 h.

Trae tu propia botella. Esa fue la consigna de la fiesta que Boris Johnson organizó en Downing Street en pleno confinamiento. Imaginarse la secuencia de los hechos sirve para componerse una bonita metáfora del brexit. Basta con fabular. Ese funcionario tímido que en el fondo agradece la mascarilla recibe un mensaje en el que lo invitan a romper el tedio del encierro con un fiestón en casa del primer ministro. Nada más y nada menos. De repente, se siente especial. Le tienen en cuenta más allá de los dominios de la impresora. Le ofrecen un respiro privilegiado. Un poco de juerga. Es humano. Se lo merece. Luego le remiten otra indicación desde lo más alto. «Trae tu propia botella». Bueno, él contaba con la bodega de Boris y daba por sentado el gusto refinado del líder conservador en materia etílica. Pero un día es un día y allá se va el tipo marcando territorio, estrenando camisa de topos y con su mejor whisky japonés bajo el brazo. Llega y la mitad de los asistentes, unos cincuenta, ya se han trabajado el colorete natural. Hay alborozo en el ambiente. Se saborea la libertad. Aunque toca a medio sándwich por cabeza y un subsecretario al que no traga vierte gran parte de su whisky reserva en un copón de tamaño suficiente para albergar la inauguración de unos juegos olímpicos. Cuando se da cuenta, han pasado las horas y toca disolverse. Sabe que ni siquiera tendrá resaca. Ignora que el dolor de cabeza vendrá más tarde, en el momento en el que se descubra el pastel. E irá a peor. Lo que parecía una fiesta era una burla. Para el resto. Y para ellos. El autoengaño de sentirse invencibles. Como en el brexit.

Trae tu propia botella. Y que corra el vino. Que corre de tu cuenta.