El BNG organiza su baile de disfraces

Roberto Blanco Valdés
Roberto L. Blanco Valdés EL OJO PÚBLICO

OPINIÓN

MARCOS MÍGUEZ

10 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El BNG, que clausuró el domingo su XVII asamblea nacional, afirma haber realizado un cambio esencial en el ideario que lo venía definiendo desde la fundación, con otras siglas, del movimiento del que es hoy heredero. Un giro que se pretende impresionante, pero abarca en realidad ¡360 grados!: los que van de ser independentista —a lo que dice renunciar el BNG— a ser soberanista, que es lo mismito, aunque con nombre diferente. Y un giro destinado a no asustar, mediante un mero ardid lingüístico infantil, a quienes nunca lo han votado. A ese baile de disfraces le llama transversalidad el BNG.

Vean sino: la RAE define el independentismo como el «movimiento que propugna o reclama la independencia de un país o de una región»; y el soberanismo como el «movimiento político que propugna la soberanía de un territorio». ¿Y qué es la soberanía? Volvamos a la RAE: el «poder político supremo que corresponde a un Estado independiente». Es decir, el BNG afirma haber hecho un largo viaje… para acabar en su punto de partida.

Pero, como soy consciente de que las definiciones de la Real Academia serán para el Bloque puro españolismo reaccionario, miremos hacia otras evidencias, que demuestran que los hoy soberanistas son los independentistas de siempre, con otro nombre, pues ambos términos resultan perfectamente intercambiables en el lenguaje político español.

En la web del partido que ha controlado siempre al BNG (la UPG), de la que es secretario general el único diputado del Bloque en el Congreso, Néstor Rego, y al que pertenece su máxima dirigente, Ana Pontón, se afirma que uno de sus principales objetivos es superar «o actual marco que permita dotarnos de ferramentas de decisión propias e avanzar no camiño da soberanía», o sea, en el camino de la ruptura con el marco estatutario. Ayer, sin ir más lejos, Domingos Sampedro le preguntó a Pontón, en una excelente entrevista publicada en La Voz, si el BNG «deixará de ser unha forza independentista», interrogante que la portavoz de la organización frentista pudo responder con un simple y claro sí en lugar de irse por las ramas, hacer retórica y negarse a contestar por razones fácilmente imaginables: porque el BNG sigue en realidad donde estaba. Todo ello es, desde luego, coherente con que los aliados del BNG sean hoy los partidos independentistas e izquierdistas de Cataluña y el País Vasco: ERC y EH Bildu. Es decir, lo mejor de cada casa: un partido golpista y uno que recoge la herencia de una banda terrorista.

Queda por saber, en todo caso, si el burdo trampantojo del actual soberanismo, tras el que se esconden el mismo BNG y la misma UPG de toda la vida, ha logrado persuadir a quienes probablemente preferirían ir a las elecciones a cara descubierta, como siempre hasta la fecha. El hecho de que de los 3.000 acreditados para la XVII asamblea hayan asistido ¡1.300! puede darnos una pista de cuántos militantes del BNG están dispuestos a participar en el baile de disfraces que han organizado sus actuales dirigentes.