De lo humano y lo divino

Beatriz Pallas ENCADENADOS

OPINIÓN

27 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Con La maldición de Hill House, su creador demostró que posee un estilo propio y envolvente y que maneja una atmósfera gótica y romántica que hace digestible el mundo del terror. Sin tanto bombo como otros guionistas de su plataforma, Mike Flanagan se ha convertido en uno de los grandes valores de Netflix en este género que cada año se convierte oportunamente en tendencia a medida que se aproxima Halloween. Otro título suyo, Misa de medianoche, es la estrella de este otoño. Con una emocionante progresión en su primera mitad, la serie no contiene tantos sustos como la ficción de la mansión encantada, pero sí algunas escenas terroríficamente bucólicas. Aquí, más que el contexto sobrenatural de su carácter divino, más que el aspecto gore que domina el relato en algunos tramos, el verdadero terror procede de la visión de los hombres, del fanatismo religioso y la manipulación de la que el más piadoso es capaz. Listos como serpientes, inocentes como palomas.

El punto más frágil de Misa de medianoche es la extensa duración de algunos monólogos, de intención tan intensa y trascendente que olvidan que los tiempos del audiovisual son por definición distintos a los de la literatura. Y resultan aún más curiosos en una plataforma que alimenta al ansia y la prisa, animando al espectador a saltarse créditos y cabeceras para ir directo al meollo. También en esto su creador se ha ganado el permiso para discrepar.