La mala leche de la Forqué

Sandra Faginas Souto
Sandra Faginas MIRA Y VERÁS

OPINIÓN

Alberto R. Roldán

12 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Hemos estado tan enfrascados en el tema del anisakis y del acento gallego que casi dejamos pasar por alto la mala leche de Verónica Forqué en MasterChef. Ella sí está siendo un descubrimiento para los espectadores que, lejos de esa imagen de chica inocente y dulce que ha transmitido en todas sus películas, se han sorprendido viéndola como un monstruito de los fogones. ¡Mi madriña lo que supone tener al lado a una persona así mientras les das mecha a los raviolis! Verónica se ha convertido en la auténtica pesadilla en la cocina, en una nube negra para el resto de los compañeros y en un tormento mucho peor que el jurado de chefs. La Forqué, con ese misticismo aparente del rollito zen, es un zasca continuo y una impertinente cabecilla de grupo. «Cállate, lo has hecho fatal», «Dale, no te duermas», «Relájate, a mí nerviosa no me hables» son algunas de las frases que Verónica ha lanzado en el talent con ese modo imperativo que tiene como base de sus relaciones. Mandona, exigente, mal encarada y con un desequilibrado tono durante el programa, la actriz se ha revelado como una mujer con un carácter hosco y muy poco tolerante. Tanto que, si en lugar de estar en un programa culinario de TVE apareciese en un reality de esos chonis de Telecinco, algunos ya habrían salido a pedir su expulsión por bullying. La Forqué nos ha enseñado, qué lástima, su peor cara.