Órdago de Ayuso

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente LA MIRADA

OPINIÓN

Isabel Infantes

20 sep 2021 . Actualizado a las 08:39 h.

Díaz Ayuso está muy crecida y se ve fuerte para lanzar un órdago intempestivo a Casado: quiere ya -no el año que viene, cuando toca- todo el poder en Madrid, como presidenta regional y del partido. Así se hará fuerte para asaltar la jefatura nacional cuando llegue el momento apropiado. Su anuncio equivale a un boicot en toda regla a la convención que celebrará el PP dentro de unos días, destinada a exaltar la figura de Casado, a la que incluso amaga con no asistir. Y da oxígeno a Sánchez. El objetivo de su gurú, Miguel Ángel Rodríguez, es llevarla a La Moncloa. Sabe que tiene que esperar. Todo depende de que Casado logre o no ganar las elecciones a Sánchez en su tercera y última oportunidad. ¿Por qué el desafío ha puesto en pie de guerra a la dirección nacional? Porque la amenaza es real: Ayuso está al acecho. Y es que en sus dos años al mando, el líder popular no ha logrado afianzar su liderazgo ni definir un proyecto propio más allá del trazo grueso y, además, tiene un equipo muy flojo de colaboradores, a los que Esperanza Aguirre ha llamado «niñatos y chiquilicuatres». Casado sabe que puede ser presidente del Gobierno, por el hundimiento de Cs y el estancamiento de Vox, al que achica el espacio con su oposición extremista de no a todo, y no está dispuesto a que Ayuso le estropee la fiesta. Mientras, ella se puede permitir todo ante un electorado entregado que le ríe las «gracias», que maldita gracia tienen. La última, que «la homofobia está en la cabeza de la izquierda», al tiempo que se comprometía a modificar las leyes LGTBI y de género, como le exige la ultraderecha. Poco antes de que una marcha de neonazis recorriera el centro de la capital al grito de «fuera maricas de nuestros barrios».